JMV celebrará su próxima Asamblea General en Salamanca, en julio de 2015
Juventudes Marianas Vicencianas (JMV) es una asociación internacional dirigida por nuestro Superior General. Yasmine Cajuste es la Presidenta Internacional de JMV, y trabaja como coordinadora de educación de la Iniciativa de la Familia Vicenciana en Haití. JMV es un beneficiario del Proyecto de Fondo Patrimonial. A nuestra petición, Yasmine ha compartido estas reflexiones sobre la JMV:
En julio de 2015 JMV celebrará su cuarta Asamblea General en Salamanca (España). Después de doce años de servicio a JMV Internacional, pasaré la antorcha a un Consejo nuevo con sueños y proyectos nuevos. Estoy muy contenta de hacer esto porque esta historia, que comenzó en julio de 1830, continuará ofreciendo a la juventud un camino alegre y significativo para vivir la fe cristiana al mismo tiempo que evangelizan y son evangelizados por los más necesidados.
Dos grupos de palabras resumen la finalidad de JMV: “A Jesús por María” y “Vivir, Contemplar y Servir.” En este asombroso caminar de vivencia cristiana, cada joven tiene la oportunidad de ver su vida como parte del proyecto de Dios, como una llamada a la misión y un testimonio de la presencia de Cristo en nuestro corazón y en nuestro entorno. La vida llega a ser un proyecto emocionante con Dios, bajo la guía maternal de María y en favor de nuestros hermanos y hermanas. Con aproximadamente 100.000 miembros trabajando en 65 países y una gran red de colaboradores dentro de la Familia Vicenciana, JMV ofrece a otros jóvenes como yo, la gracia de pertenecer a una familia más amplia y una larga cadena que abraza el mundo. Aunque la mayor parte de nuestros miembros son jóvenes de menos de veinte años, JMV da la bienvenida tanto a jóvenes como a adultos según las necesidades y la realidad de cada país.
Yo descubrí JMV bastante tarde, en comparación con otros miembros. Tenía 17 años, y estaba a punto de terminar la escuela superior. Empecé pensando en un periodo de reflexión de tres meses –y nunca lo abandoné. JMV ha transformado grandemente mi personalidad, mi fe, mi compromiso con los otros y la vida. Desde Haití a Madrid, y visitando muchos países del mundo, llegué a valorar los múltiples rostros de la misma Asociación, con referencia a diferentes culturas. He encontrado a muchos jóvenes muy comprometidos, apasionados de San Vicente de Paúl y ansiosos de conseguir su mayor potencial. Comprendo mejor lo que implica, para una Asociación y para un Vicenciano, abrazar la belleza del Evangelio y vivirlo en la realidad actual. No tengo la menor duda de que la Asociación continuará esforzándose y atraerá a los jóvenes. En unos pocos meses, durante la Asamblea General, soñaremos nuevos sueños y en los próximos años los haremos realidad. Con la gracia de Dios y con toda la ayuda que recibirá, JMV continuará ofreciendo a la juventud una comunidad, una experiencia transformadora con Cristo, y asombrosas oportunidades para crecer a través del servicio.
Fuente: Boletín de la Oficina de Solidaridad Vicenciana, Marzo 2015
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