“Elías ya ha venido, y no lo han reconocido”

Sir 48, 1-4.9-11; Sal 79; Mt 17, 10-13.

Dice el evangelio de hoy que vino Elías, en la persona del bautista y no lo reconocieron, luego vino Jesús, luego han venido muchas personas a presentarnos una nueva manera de vivir, y, sin embargo, vemos que algo está fallando. Existe resistencia al cambio. Existe resistencia para aceptar compromisos de por vida. Los contratos entre los hombres y entre las instituciones no se hacen ya a largo plazo, y se busca mejor vivir solo del presente.

Los empleados son contratados por las compañías precisamente a plazos, de manera que cuando se llegue el tiempo, no tengan que reclamar derecho de antigüedad. No se diga para el matrimonio, para formar pareja. Hoy se dice vamos a conocernos, vamos a tratarnos, y si todo sale bien, nos uniremos… pero ese conocerse, ya juntos, parece que se prolonga y se prolonga, llegan los hijos y los cónyuges siguen preguntándose si serán felices juntos.

San Juan de la Cruz, a quien hoy celebramos nos invita a meditar: «Más agrada a Dios una obra, por pequeña que sea, hecha en escondido, no teniendo voluntad de que se sepa, que mil hechas con gana de que las sepan los hombres».

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Elena Camacho, de la Sociedad de San Vicente de Paúl