Evangelio y Vida para el 1 de diciembre de 2024
«Tengan cuidado y no dejen que su corazón se endurezca por los vicios»
Jer 13, 14-16; Sal 24; 1Tes 3, 12-4,2; Lc 21, 25-28.34-36.
Hoy iniciamos este maravilloso tiempo de Adviento y la Palabra de Dios nos invita a levantar la cabeza, porque se acerca la hora de nuestra liberación”. Es como si nos dijeran: “¡Anímense! Vean más allá de lo inmediato, más allá de las cosas de esta tierra, de los éxitos pasajeros, de las alegrías efímeras, de las penas que se pasan y de los problemas que se terminan, y pongan su mirada en la meta maravillosa que les aguarda: el encuentro definitivo con Dios, en quien viviremos felices.
El Adviento es un tiempo excelente para encontrarnos con Dios y escucharlo en su Iglesia, a través de su Palabra, de la Liturgia, de la Eucaristía, de la oración, de las personas y los pobres. Un tiempo para encontrarnos con nosotros mismos, dedicándonos a escuchar lo que somos, lo que sentimos y lo que soñamos. Un buen tiempo para darnos la oportunidad de encontrarnos con los demás y especialmente con los pobres.
No nos distraigamos con cosas que no llenan, que no construyen, y que además son pasajeras. ¿Cuáles son nuestras disposiciones y nuestras esperanzas para vivir este tiempo de adviento?.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Elena Camacho, de la Sociedad de San Vicente de Paúl
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