Evangelio y Vida para el 29 de agosto de 2024
“Quiero que me des, ahora mismo la cabeza de Juan el Bautista”
1Cor 1, 1-9; Sal 144; Mc 6, 17-29.
Hoy la Iglesia recuerda el martirio de san Juan Bautista, y en el Evangelio encontramos el cómo sucedió su muerte. Todo martirio es irracional y el odio se encuentra como motor. Juan era admirado y respetado por Herodes, pero al mismo tiempo era incómodo tanto para él como para Herodías que siendo mujer de su hermano la tomó como suya. Y Juan le hace ver su situación de pecado, por eso, encontraron la ocasión para matarlo.
La muerte de Juan el bautista termina con la victoria del odio. La Iglesia siempre ha visto a Juan el Bautista como el que precede a Jesús. Juan precedió a Jesús en el bautismo, en la predicación y en la muerte. Pero hay una diferencia clara entre la muerte de Juan y la muerte de Jesús: la muerte de Jesús rompió el muro del odio; y así, la Resurrección es la victoria de Jesús sobre el odio y la muerte. El odio ya nunca tendrá la última palabra.
A Herodes le entretenía escuchar a Juan Bautista, pero jamás se comprometió. Esto nos puede pasar también a nosotros con la persona de Jesús… escucharlo, pero sin llegar a comprometernos con Él.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Osvaldo Triana C.M.
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