Una madre y su hija inician una nueva vida en un apartamento de «St. Vincent» de Louisville (EE.UU.)
Cuanto más llueve, más diluvia.
En el plazo de un año todo pareció desmoronarse en la vida de Demishia y su hija Kira. Demishia atravesaba una dura separación matrimonial. Su ex marido se drogaba. Fueron desahuciados de su apartamento. Recibió la noticia de que padecía una doble insuficiencia renal, lo que fue un shock porque no había tenido complicaciones de salud anteriormente. Tuvo que dejar el trabajo que tenía desde hacía seis años. Acabaron en un refugio local durante 14 meses. Por no hablar de que la pandemia se estaba extendiendo.
Mucha gente hubiese tirado la toalla, pero Demishia no. Ella perseveró.
«Lo hice. Con la ayuda del de arriba. Sólo a través de la oración. Simplemente haciéndolo día a día. Pensando en positivo. Nunca pensé en rendirme», dice Demishia.
Llegaron a la Sociedad de San Vicente de Paúl en un momento en que necesitaban estabilidad, seguridad y apoyo. Desde el otoño de 2020, Demishia y Kira han vivido en uno de nuestros apartamentos de apoyo permanente en nuestro campus de Shelby Park.
«Todos ustedes hacen muchas cosas geniales para que las personas comiencen una nueva vida —agregó Demishia—. Siento que comencé una nueva vida cuando me acerque a la Sociedad de San Vicente de Paúl porque, si hubiera ido a otro lugar, probablemente no tendría una oportunidad».
Viven en los apartamentos East y West Family, que atienden a familias sin hogar y constan de 6 apartamentos de dos dormitorios y 4 de tres dormitorios cada uno. Se trata de viviendas de apoyo permanente en las que se proporciona ayuda para la vivienda, como alquiler a largo plazo o ayuda para el alquiler, y servicios de apoyo para ayudar a una persona discapacitada sin hogar a conseguir una vivienda estable.
Su apartamento de dos dormitorios es asequible y los servicios están incluidos en el alquiler. Demishia está menos estresada económicamente y no tiene que «preocuparse por estar arruinada».
«Nos encanta estar aquí. Recibimos mucha ayuda —dice—. No sé dónde estaría sin San Vicente de Paúl. Me siento feliz y bendecida».
Demishia y Kira tienen acceso a comidas en la Open Hand Kitchen [Cocina de Mano Abierta] y a comestibles de la Despensa de Alimentos. También reciben asistencia social.
Kira, una estudiante de segundo grado, ha estado participando en el Centro de Éxito Familiar [FSC]. El FSC apoya a las familias y a las personas a enriquecer su vida familiar, proporcionando oportunidades educativas y de desarrollo social durante todo el año para los niños en situación de riesgo. Esto incluye programas extraescolares y de verano para estudiantes de primaria y secundaria.
La primera semana que Kira asistió a nuestro programa extraescolar, un miembro del personal le enseñó a tirar a canasta. Disfruta «aprendiendo, jugando y comiendo» en el FSC, y nos dijo: «Todo el mundo es respetuoso y amable».
Como Demishia recibe diálisis tres días a la semana, su madre, la Sra. Ruby, ha viajado desde Detroit para ayudar con Kira y con las cosas del apartamento.
«Estoy abrumada —dice Ruby—. Nunca había visto nada igual. San Vicente de Paúl es tan eficaz en tantos aspectos que ni siquiera podía imaginar… Me quedé maravillada».
También se trata de las pequeñas cosas. El parque infantil junto a su apartamento. El Sr. Paul, que supervisa el Garaje y el Ropero, regaló a la Sra. Ruby y a Kira sombreros del Derby de Kentucky (ver foto). Kevin Hyatt, el supervisor de la cocina de Open Hand, le da a Kira postres extra.
Le llaman «Tío Kevin». «Aquí dentro, en San Vicente de Paúl, lo que hacéis todos vosotros es lo que marca la diferencia —añadió la Sra. Ruby—. La gente de la calle no podría sobrevivir si no fuera por esto».
Tony Nochim
Fuente: https://www.svdplou.org/
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