Evangelio y Vida para el 15 de mayo de 2024
“No te pido que los saques del mundo, sino que los defiendas del maligno”
Hech 20, 28-38; Sal 67; Jn 17, 11-19.
El texto que hemos leído hoy, del apóstol san Juan, está dentro de la oración que el Señor hace en el contexto de despedida en la Última Cena, pidiendo al Padre la protección para sus discípulos y su cia en la comunión.
Jesús los ha ido preparando ante su partida a la casa del Padre, invitándolos reiteradamente a permanecer en Él para participar plenamente en su alegría. Esto significa superar la tristeza con la gracia del que ha vencido al demonio, al pecado y a la muerte con su resurrección.
Experimentamos en nuestra vida la fragilidad y debilidad de nuestra carne, pero vivimos en tensión por la gracia que Dios nos ha concedido en la vida sacramental y que renueva en nosotros cuando somos capaces de ir a aquel que es “el camino, la verdad y la vida”. Este proceso tiene que ser nuestro andar por los caminos de la fe, sabiendo que hemos sido enviados a ser continuadores del anuncio del mensaje de salvación en el Hijo.
La oración de Jesús también es por nosotros: “No te ruego solamente por ellos, sino también por todos los que creerán en mí gracias a su palabra”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Juan Carlos Reyes Mendoza C.M.
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