Majestad que hace brotar Jesús
Jesús ha subido al cielo y ahora se sienta a la diestra de la Majestad en las alturas como Señor. Nos quiere como él en madurez y plenitud.
En cuanto al subir el Señor al cielo, se nos dice que «subir» supone «bajar». Y tal dicho coincide con otro que enseña que es por su pasión y muerte que Jesús lleva ahora la corona de gloria y honor. Sí, de él es la majestad por haber probado primero la vergüenza y humillación. En otras palabras, al humillarse se exalta él; al levantarse en la cruz, recibe él gloria; al humanizarse, se diviniza (Piet Schoonenberg).
Queda claro, por lo tanto, que es nueva la majestad que hace brotar él al vivir lo que predica. La majestad, la grandeza, propia de él supone la humildad, la pequeñez.
Vestirnos, pues, los cristianos de gloria y majestad quiere decir ser humildes y pequeños. No se nos permite, por supuesto, dominar a los demás ni oprimirlos. Nos toca servirles, y entregar nuestro cuerpo y derramar nuestra sangre por ellos. No, no hemos de buscar que ellos gasten y se desgasten por servirnos.
En otras palabras, para subir con el Señor Jesús hemos de bajar con Jesús de Nazaret, el siervo. E iremos con él para que vivamos también con los pobres de la tierra y les llevemos la Buena Noticia. De todas las formas, de palabra y de obra (SV.ES XI:393). No nos basta con quedarnos ahí plantados para mirar al cielo, ni menos, jactarnos de que somos más buenos y grandes que los demás.
Y los que a los cuales llevamos la Buena Noticia la creerán si ven que la vivimos. Es decir, si ven los signos, las obras de «compasión e inclusión», que hace Jesús por medio de nosotros. Un signo o una obra vale mucho si bien es el lavar los platos sucios no más.
Señor Jesús, al subir al cielo nos das a conocer una nueva majestad; haz que la compartamos los que predicamos la Buena Noticia.
12 Mayo 2024
Ascensión del Señor (B)
Hech 1, 1-11; Ef 1, 17-23; Mc 16, 15-20
Que Hermoso lugar 👋♥️♥️