Evangelio y Vida para el 20 de febrero de 2024
“Ustedes oren así: ¡Padre nuestro…!
Is 55, 10-11; Sal 33; Mt 6, 7-15.
¡Qué importante es la oración! Jesús oraba con frecuencia y nos pide hacerlo también. Y nos enseña cómo hacerlo.
¿Cómo conocer lo que Dios espera de mí, si no se lo pregunto en la oración y en ella escucho su respuesta? ¿Cómo descubrir mi camino en la vida si no lo discierno en la oración?
¿Cómo adquirir la lucidez y la valentía para luchar por el Reino si no me alimento y fortalezco en el encuentro con Dios? ¿Cómo descubrir mi fragilidad y proponerme crecer en el amor, si no dejo que el Señor toque mi corazón y lo transforme en la oración? ¿Cómo entusiasmarme en el proyecto transformador de Jesús, si no dejo que ese proyecto se vaya delineando, aclarando, creciendo en mí, a partir de la oración? ¿Cómo encontrar, cada día, razones para caminar, para cambiar, para crecer, si no experimento en la oración el infinito amor que Dios me tiene?
Dedica un momento a este maravilloso encuentro con el Señor en lo íntimo de tu corazón. Ponte en sus manos, ábrete a sus luces, disponte a ir siendo transformado(a) por su Espíritu. Pregúntale tus dudas, cuéntale tus experiencias de vida, pídele lo que necesitas, ofrécele lo que eres, acoge su gracia.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silviano Calderón Soltero C.M.
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