Evangelio y Vida para el 3 de enero de 2024
“Si ustedes saben que él es justo, sabrán que quien practica la justicia es hijo suyo”
1 Jn 2, 29-3, 6; Sal 97; Jn 1, 29-34.
La liturgia nos invita a reconocernos hijos de Dios, ¡y lo somos! No porque lo merezcamos sino porque le necesitamos, nadie puede vivir sin amor.
Siendo capaces de experimentar el gran amor que Jesús nos tiene no sufriríamos por sentirnos no amados por alguna persona cercana o lejana.
Dice el apóstol San Juan que “ya somos hijos, pero aún no manifestamos lo que seremos”; nuestra meta es ser semejantes a Dios, eso solo lo lograremos permitiendo que el amor actúe en nosotros, y una de las manifestaciones del amor es la justicia. Preguntamos: ¿Cómo practico la justicia en mi vida? ¿Cómo comparto el amor que Dios me da?
Federico Ozanam, beato, gran defensor de la fe y apasionado por la caridad decía: “La justicia tiene límites, pero la Caridad no los conoce”. En algún momento podemos decir: ¡Ya fue mucho, no es justo darle otra oportunidad! Ozanam nos enseña que sí es justo y que sí es posible.
San Juan nos recuerda que hemos recibido al Espíritu Santo en nuestro bautismo para llevar a cabo la misión que Dios Padre nos encomienda. Pidamos esta gracia.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Norma Leticia Cortés Cázares, Medalla Milagrosa de Monterrey.
0 comentarios