Ir y ver al niño acostado en el pesebre
Jesús es pequeño y pobre. Nos toca ir y ver y vivir su pequeñez y su pobreza para que nos limpiemos y nos libremos de la soberbia y la codicia que nos arruinan.
Se asustan los pastores al oír la buena noticia de que acaba de nacer el Salvador. Pues se ven envueltos en una luz grande y tremenda y se les aparece también una legión del ejército celestial. Con todo, a Belén quieren ir y ver lo que ha pasado allí que se les ha anunciado.
Van de prisa ellos y hallan a María y a José y al niño acostado en el pesebre. Y pronto cuentan los pastores lo que se les ha dicho del niño. Los otros, al oirlo, se admiran todos de lo dicho. María, a su vez, conserva todas estas cosas y las medita en su corazón.
Tal conservar y meditar de María se nos pide también a los que nos decimos discípulos de Jesús. Pero, claro, nos toca ir y ver primero al igual que los pastores, marginados y tenidos en poco.
Y hay que tener prisa también por estar cerca del pesebre en el que se acuesta el niño. Así pues, se le conocerá de cerca al Mesías y se le recibirá.
También les hablaremos a los demás de lo que se nos ha dicho de él y los escucharemos además. De esta forma, los que anunciemos la Buena Noticia a los demás dejaremos que ellos nos la anuncien también. Será nuestro, pues, el espíritu de la sinodalidad.
Y al reunirnos, junto con muchos otros pobres alrededor del pesebre, pediremos al hecho como nada cual un niño: «Llévanos tras ti en tu humillación» ([SV.ES VI:144). Pediremos también, al detenernos allí, que nos enseñe él a ser los más pequeños y los esclavos de todos. Hasta dar nuestros cuerpos y derramar nuestra sangre por los que a los cuales servimos. Reflejaremos así al acostado en el pesebre que se ofrece como comida y bebida de vida.
Señor Jesús, haz que sea de nosotros también el ir y ver de los pastores. Y concédenos captar que la paz, la justicia y la vida serán nuestras con tal de que demos al traste con nuestra soberbia y nuestra codicia que llevan a la muerte y la ruina. Y sé para nosotros la bondad y el amor de Dios.
25 Diciembre 2023
Natividad del Señor
Mediaoche: Is 9, 1-6; Tit 2, 11-14; Lc 2, 1-14 * Aurora: Is 62, 11-12; Tit 3, 4-7; Lc 2, 15-20 * Día: Is 52, 7-10; Heb 1, 1-6; Jn 1, 1-18
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