«Escucha y responde». Si alguna vez hubo un par de palabras que incitaran a la acción, fueron éstas.

Escuchar: destapar y aguzar el oído para captar las primeras ondas de lo que se dice. Respuesta: traducir la escucha en acción. ¿No está gran parte del dinamismo de nuestra fe en el movimiento entre este binomio?

Aquí, escuchar es estar más alerta a los movimientos del Espíritu de Dios, tanto dentro de nosotros como a nuestro alrededor.

Dentro de nosotros: lo que oímos y sentimos cuando rezamos. La oración no es sólo pedir, sino también escuchar. La vida de oración es como un darse cuenta, una receptividad, un estar alerta a los diversos impulsos y sentimientos que surgen cuando nos abrimos a la presencia de Dios.

A nuestro alrededor: estar atentos a las necesidades de nuestro prójimo, tanto cercano como universal. Y especialmente cuando estamos reunidos como Iglesia, escuchando la promesa de Jesús: «Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».

Pero luego respondiendo, dejando que la escucha se traduzca en un impulso para hacer —o para abstenerse de hacer—. Esto es seguir la dirección que hemos estado sintiendo, convirtiendo ese impulso interior en una respuesta, poniendo carne y energía en la resolución.

Esta dinámica de escucha y respuesta se ha mantenido a lo largo de los siglos. San Vicente y santa Luisa sintonizaron con la necesidad de cuidar de los pobres y entregaron sus vidas como respuesta. El papa Francisco escuchó una llamada a cuidar el medio ambiente y escribió su contundente encíclica Laudato Si, animándonos a salvaguardar el mundo natural para las generaciones futuras.

Los creyentes que nos rodean y que siguen escuchando y respondiendo, por ejemplo, cuando atienden a las palabras de Jesús en el capítulo 18 de Mateo para interpelar a un hermano o hermana que hace el mal en lugar de simplemente dejarlo pasar.

A lo largo de nuestras vidas, el Señor Jesús nos llama con distintas voces y de diversas maneras. Que su Espíritu Santo nos llene de energía y decisión para escuchar y responder activamente.