El Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza (poema)
Pienso en la Creación.
Todo lo hicieron tus manos,
todo es música, una canción,
para los seres humanos.
Tuyo es el Cielo,
tuya es la Gloria,
tuya es la Majestad,
tuya es la Santidad.
Tuyos son los ángeles,
tuyos los tronos,
tuyas las dominaciones,
tuyos todos los adoradores.
Nada que no hayas hecho existe.
De tus manos todo lo pusiste.
Con tu Palabra todo lo llamaste,
todo, todo lo creaste.
Creaste al hombre administrador,
para que sirviendo a su Creador,
cuidara toda la belleza creada,
y con Él gozara, la belleza dada.
Ante ti tiembla el firmamento,
por quien eres, lleno de majestad.
Tú que eres la Trinidad,
dime, si no es verdad, esto que siento.
Dime, Señor mío,
esto que te pido,
dime esto que te digo,
dime, Tú, que estás conmigo.
Todo lo creó el Padre,
por mí y para mí.
Todo me lo dio por amor,
yo nunca lo pedí.
Todo lo tenía,
mi gloria, su cercanía,
yo iba y venía,
Él me dio cuanto tenía.
Todo me lo dio mi Padre,
todo lo doy a Él,
Yo soy su Hijo fiel,
lo nuestro, lo damos a ti también.
Todo te lo he dado,
tú eres mi hijo amado,
nada me he reservado,
así te lo he manifestado.
Mírame en la Cruz clavado,
rasgado, corazón y costado,
mi cabeza he reclinado,
porque todo te lo he dado.
Como cordero, no dije palabra,
como cordero, llevado al matadero,
no tuve palabra contra ti,
toda mi vida, Palabra, te la di.
Subo al Padre mío,
subo al Padre tuyo,
a Él te di,
te di a Él y todo lo suyo.
No tenía donde reclinar cabeza,
que golpes y espinas tenía,
con ellas te bendecía.
¡Si supieras, hijo, lo que por ti sentía!
Te di toda la vida mía,
era el amor que tenía,
si tuviera más yo te daría,
pero ya te he dado hasta mi vida.
No tengo palabras para decir,
vergüenza da al alma
todavía pedir,
y con fría oración, creo, no recibir.
Atónito estoy, Señor mío,
mi corazón está frio,
asustado ahora porque te pido,
por eso ahora te digo: ¡Señor mío!
Pbro. Marvin Robles Gamboa CM,
Costa Rica.
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