Novena a Santa Luisa de Marillac, día 9 (8 de mayo)
Oración para todos los días:
Oh Dios, que suscitaste en el corazón de Santa Luisa de Marillac el celo por la salvación de las almas y alentaste en ella el amor hacia tu hijo Jesucristo en la persona de los más pobres, enséñanos de ella, la virtud de la humildad, la sencillez y la caridad que la caracterizaron en su obra apostólica. Danos Señor te lo pedimos un corazón como el suyo capaz de ser fieles a la vocación y con el deseo ferviente de ser constructores de familias santas entregadas al apostolado de la Iglesia, para que se pueda construir en medio de los que sufren el Reino de los cielos con justicia y caridad. Amén.
Oración a Santa Luisa de Marillac:
Santa Luisa de Marillac, esposa fiel, madre modelo, formadora, misionera y maestra. Ayúdanos a alcanzar del Señor, las mismas virtudes que alentaron tu vida para entregar por completo la nuestra al servicio de Jesucristo en la personas de los más pobres, de los enfermos y de los desamparados. En tu protección confiamos la misión de toda la familia vicentina, los trabajadores sociales y la de todos los hombres y mujeres de buena voluntad que trabajan por la construcción del Reino de Dios, para que fieles al llamado de nuestro Señor Jesucristo sean agentes de la paz y la reconciliación. Amén.
Día 9: Testamento espiritual
De los escritos de Santa Luisa:
Mis queridas Hermanas, sigo pidiendo para ustedes a Dios su bendición y le ruego les conceda la gracia de perseverar en su vocación para que puedan servirle en la forma que El pide de ustedes. Tengan gran cuidado del servicio de los pobres y sobre todo de vivir juntas en una gran unión y cordialidad, amándose las unas a las otras, para imitar la unión y la vida de Nuestro Señor. Pidan mucho a la Santísima Virgen que sea Ella su única Madre
Fragmento de su biografía:
Luisa de Marillac fue la encargada, como la directora general de una empresa multinacional de caridad, de organizar y dirigir a las Hijas de la Caridad en los establecimientos y comunidades, de dirigirlas espiritualmente y de formarlas en los aspectos espiritual, humano y profesional. A través de sus cartas y hasta de sus viajes estaba en contacto con sus hijas y con las necesidades de los humildes. Ella comenzó y dirigió la obra de los Niños abandonados y la salvó durante los cruciales años de la guerra civil de la Fronda. Ella estuvo presente animando a las Hermanas en la prisión de los galeotes. Ella organizó las primeras Residencias de ancianos y los hizo útiles con talleres que ella fundó y dirigió. Luisa acogió a los inmigrantes que llegaban a París huyendo de las guerras, en especial a muchachas desamparadas. Unas veces recibía alegrías y otras, disgustos. Unas veces lloraba y otras reía, pero siempre apareció alegre y con una tenacidad tal que ninguna dificultad la doblegó. Siempre encontró salida a los problemas.
No es extraño que cuando murió, el 15 de marzo de 1660, todas las mujeres de la nobleza pasaran a rezar, y la duquesa de Ventadour quisiera estar a su lado en ese triste momento. No es extraño que los pobres lloraran y que su funeral, contra sus deseos, fuera majestuoso.
Gozos Santa Luisa de Marillac:
Oh Santa Luisa modelo de mujer creyente
Misionera y maestra de la caridad
Enséñanos a ser de Cristo
verdaderos signos vivientes.
Tu vida y tu amor fue Cristo;
de los pobres y desdichados
rompiste la coraza, que impedía ver
con las luces de la fe su sufrimiento
Mística y maestra de la oración,
Al Maestro con amor tú pintaste
Y al pernoctar tu santa existencia
tu misma vida fue perenne donación.
Gran devota de la Madre del Cielo,
Su inmaculada concepción proclamaste,
Con gran fe y con amor, única Madre
De la compañía nombraste.
Formadora y maestra hoy tus hijas siguen tu ejemplo
Que en estos años de grandes cambios
tu ejemplo franco y caridad sincera
sigan haciendo del prójimo verdadero templo.
Oración a la Virgen (atribuida a Santa Luisa):
Santísima Virgen, creo y confieso vuestra Santa e Inmaculada Concepción, pura y sin mancha. ¡Purísima Virgen!, por tu pureza virginal, tu Inmaculada Concepción y tu gloriosa cualidad de Madre Dios, alcánzame de tu amado Hijo: la humildad, la caridad, una gran pureza de corazón, cuerpo y espíritu, la perseverancia en mi vocación, el don de oración, una santa vida y una buena muerte
Fuente: http://www.corazondepaul.com/
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