Novena a Santa Luisa de Marillac, día 2 (1 de mayo)

Andrés Felipe Rojas Saavedra, CM
1 mayo, 2023

Novena a Santa Luisa de Marillac, día 2 (1 de mayo)

por | May 1, 2023 | Formación, Reflexiones | 0 Comentarios

Oración para todos los días:

Oh Dios, que suscitaste en el corazón de Santa Luisa de Marillac el celo por la salvación de las almas y alentaste en ella el amor hacia tu hijo Jesucristo en la persona de los más pobres, enséñanos de ella, la virtud de la humildad, la sencillez y la caridad que la caracterizaron en su obra apostólica. Danos Señor te lo pedimos un corazón como el suyo capaz de ser fieles a la vocación y con el deseo ferviente de ser constructores de familias santas entregadas al apostolado de la Iglesia, para que se pueda construir en medio de los que sufren el Reino de los cielos con justicia y caridad. Amén.

Oración a Santa Luisa de Marillac:

Santa Luisa de Marillac, esposa fiel, madre modelo, formadora, misionera y maestra. Ayúdanos a alcanzar del Señor, las mismas virtudes que alentaron tu vida para entregar por completo la nuestra al servicio de Jesucristo en la personas de los más pobres, de los enfermos y de los desamparados. En tu protección confiamos la misión de toda la familia vicentina, los trabajadores sociales y la de todos los hombres y mujeres de buena voluntad que trabajan por la construcción del Reino de Dios, para que fieles al llamado de nuestro Señor Jesucristo sean agentes de la paz y la reconciliación. Amén.

Día 2: Jesús sacramentado

De los escritos de Santa Luisa:

«El día de Santa Genoveva de 1660, yendo a recibir la Sagrada Comunión, sentí, al ver la Sagrada Hostia, una sed extraordinaria que partía de un sentimiento de que El quería darse a mí con la sencillez de su divina Infancia. Y al recibirle y durante mucho tiempo después, mi espíritu quedó ocupado con una comunicación íntima que me hacía comprender que no se daba El sólo sino con todos los méritos de sus misterios; y esta comunicación me duró todo el día, no por vía de ocupación forzada e interior, sino por vía de presencia y de aplicación a las ocasiones como ocurrió con algo que me mortificaba.
Sentí en mí la advertencia de que habiéndome dado enteramente a mi Jesús, acompañado del mérito de todos sus misterios, era necesario que yo aprovechara esta ocasión para participar en su sumisión en las humillaciones.

Fragmento de su biografía:

Luisa pertenecía a una familia de lo más alto de la nobleza, los Marillac, se había casado con un secretario de la Reina madre, Antonio Le Gras, perteneciente a la clase media. Antes de casarse, había hecho voto de ser religiosa, quiso ser capuchina, pero sus familiares -era lo común entonces- le buscaron marido y la obligaron a casarse. Durante muchos años le quedó un complejo de culpabilidad. Por naturaleza y acaso también por no haber conocido a sus padres, poseía una sicología sensible y muy emotiva. Buena lectora tenía una inteligencia excepcional para las ideas, pero mucho mayor para la práctica. Pequeña y delgada, de salud fuerte, en el trato era encantadora. Aunque sin agobios económicos, nunca tuvo, sin embargo, una gran fortuna.

En los primeros días de 1625, cuando contaba 33 años, tomó por director espiritual a un sacerdote, San Vicente de Paúl que había nacido cerca de Dax y no lejos de Bayona diez años antes que ella. La vida de Luisa hasta entonces era sencilla: una mujer piadosa que hacía limosnas a los pobres y rezaba por ellos Vicente de Paúl la cambió; la convenció para que se comprometiera activamente en la hberación material y espiritual de los pobres. Y Luisa de Marillac, la señorita Le Gras, como la llamaban entonces, lo aceptó y se empeñó, también ella, en hacer de esta tierra un paraíso para los que viven en el infierno de la pobreza. Luisa tenía 37 anos, desde hacía tres era viuda y tenía un hijo de 15 años estudiando en el seminario.

Gozos Santa Luisa de Marillac:

Oh Santa Luisa modelo de mujer creyente
Misionera y maestra de la caridad
Enséñanos a ser de Cristo
verdaderos signos vivientes.

Tu vida y tu amor fue Cristo;
de los pobres y desdichados
rompiste la coraza, que impedía ver
con las luces de la fe su sufrimiento

Mística y maestra de la oración,
Al Maestro con amor tú pintaste
Y al pernoctar tu santa existencia
tu misma vida fue perenne donación.

Gran devota de la Madre del Cielo,
Su inmaculada concepción proclamaste,
Con gran fe y con amor, única Madre
De la compañía nombraste.

Formadora y maestra hoy tus hijas siguen tu ejemplo
Que en estos años de grandes cambios
tu ejemplo franco y caridad sincera
sigan haciendo del prójimo verdadero templo.

Oración a la Virgen (atribuida a Santa Luisa):

Santísima Virgen, creo y confieso vuestra Santa e Inmaculada Concepción, pura y sin mancha. ¡Purísima Virgen!, por tu pureza virginal, tu Inmaculada Concepción y tu gloriosa cualidad de Madre Dios, alcánzame de tu amado Hijo: la humildad, la caridad, una gran pureza de corazón, cuerpo y espíritu, la perseverancia en mi vocación, el don de oración, una santa vida y una buena muerte

Fuente: http://www.corazondepaul.com/

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