Reflexión cuaresmal: Llamados al seguimiento de Jesús (primera parte)
Esquema
Cristo Señor unió a sí a unos discípulos elegidos (cf. Mc 3,14; Lc 6,13) que lo siguieron desde el principio (cf. Lc 1,2; Hch 1,21s), vieron sus obras y oyeron sus palabras, y de esta manera fueron capaces de ser testigos de su vida y doctrina (cf. Lc 24,48; Jn 15,27; Hch 1,8; 10,39; 13,31).
Condiciones del seguimiento
La palabra de Dios te pone claramente de manifiesto que seguir a Jesús implica una serie de condiciones. El relato del Joven Rico (Mc 10, 17-26) entre otros así lo pone de manifiesto. Y ¿cuáles son estas condiciones?, ¿qué supone para tu vida seguir a Jesús? Enumeramos una serie de características que expresan los requisitos que pide Jesús al seguirle:
- LIBERTAD. No estar atado a nada ni a nadie. Apertura al futuro. La libertad como condición básica y como tarea para toda la vida.
- DISPONIBILIDAD. Consecuencia lógica de la libertad. Seguir Jesús no es imitarle. La llamada de Jesús te compromete en una aventura, en un riesgo. Se trata de seguir el mismo destino que siguió Jesús.
- AMISTAD. Sin duda el concepto de amistad es el que mejor define la relación entre el creyente y Jesús. Una amistad que se comprende y se vive como entrega, fidelidad y confianza.
- COMPROMISO. Al seguir a Jesús hay que llevar la cruz como equipaje. Y cada cual sabe cuál es su cruz. Tiene nombre concreto.
- AUDACIA. Se trata de la audacia que vence al miedo. Porque seguir a Jesús es emprender una aventura y un riesgo que no sabemos hasta dónde nos puede llevar. El miedo estará inevitablemente presente en la vida del que sigue fielmente a Jesús.
- RADICALIDAD. El seguimiento de Cristo no admite medias tintas ni componendas. Por eso, las renuncias que exige el seguimiento son radicales.
- ALEGRÍA. Las renuncias que impone el seguimiento no son el camino sombrío, que precipita al hombre en el conflicto y en la frustración.
- COMUNIDAD. Los discípulos que siguieron a Jesús, vivieron su seguimiento en comunidad, en la comunidad de seguidores que reunió el propio Jesús.
- UTOPÍA. Hablamos de ideales. Pero no hablamos de lo imposible.
Algunas cuestiones para la reflexión personal y de grupo
“Al día siguiente, Juan se encontraba en aquel mismo lugar con dos de sus discípulos. De pronto vio a Jesús, que pasaba por allí, y dijo: Este es el Cordero de Dios. Los dos discípulos le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, viendo que lo seguían, les preguntó: ¿Qué buscáis? Ellos contestaron: Rabí (que quiere decir Maestro), ¿dónde vives? Él les respondió: Venid y lo veréis. Se fueron con él, vieron dónde vivía y pasaron aquel día con él. Eran como las cuatro de la tarde”. (Juan 1,35-39)
Acercamiento al texto evangélico
El paso de Jesús. ¿Por qué se deciden los discípulos de Juan a seguir a Jesús? ¿Basta que alguien nos diga grandes cosas sobre Jesús para tomar la decisión de seguirlo? ¿Nos dice algo a nosotros oír que Jesús es «el Cordero de Dios»?
La pregunta de Jesús. ¿Qué es lo primero que les dice Jesús cuando ve que comienzan a seguirlo? ¿Se puede seguir a Jesús sin buscar nada? ¿Qué se puede buscar equivocadamente en Jesús?
La respuesta de los discípulos. Curiosamente le responden con otra pregunta. ¿Es normal su pregunta? ¿No es más importante preguntar a un maestro qué enseña, cuál es su mensaje, para qué pueden servir sus doctrinas…? ¿Qué se encierra detrás de su pregunta? ¿Qué quieren saber exactamente?
«Venid y lo veréis». Para conocer a Jesús, ¿es importante escuchar a Jesús y tratar con él? ¿Se puede seguir a Jesús sin conocer su mundo, lo que vive, cómo vive o para qué?
Conversión y compromiso
¿Qué ando buscando yo en la vida? ¿Seguridad, tranquilidad, amor, bienestar…? ¿Qué es lo primero que busco cada mañana? ¿Me parece suficiente? ¿Necesito algo más?
¿Qué he buscado durante estos años en Jesús? Y en estos momentos, ¿qué busco en él? ¿Qué espero de él? ¿Lo tengo claro dentro de mí? ¿Puedo estos días ponerme sinceramente ante Jesús para concretar mejor mi decisión de buscarlo en este grupo?
¿Qué busca de ordinario la gente de nuestro entorno en su vida de cada día? ¿Conocemos personas cuya vida nos parece un acierto? ¿Qué es lo que buscan?
¿Dónde aprendemos a vivir los hombres y mujeres de hoy? ¿Quiénes son los guías que inspiran el estilo de vivir en la sociedad moderna? ¿Conocemos personas que se plantean qué hacer en su vida para vivir su propia misión?
Dentro de nuestros hogares, grupos, comunidades o parroquias, ¿se aprende a vivir con un estilo más parecido al de Jesús? Señala aspectos positivos y negativos. ¿Qué tenemos que cuidar en este grupo para que sea un lugar donde se pueda aprender a vivir como Jesús?
Autor: Mitxel Olabuénaga, CM
Fuente: http://ssvp.es/
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