Evangelio y Vida para el 11 de enero de 2023
‘‘Jesús se le acercó, y tomándola de la mano la levantó, y la fiebre la dejó; y ella les servía’’
Hb 2, 14-18; Sal 104; Mc, 1, 29-39.
A simple vista puede parecer que el Señor ha dado la salud a aquella mujer para tener quién les sirva a él y a Pedro mientras están en la casa de éste. De ningún modo es así.
El Evangelio da paso para mirar la situación social de la mujer de aquel tiempo, a quien se le identifica por el parentesco con un varón: padre, esposo o yerno. Cuando el Señor llega a hospedarse en aquella casa se da cuenta de que la suegra-de está en cama debatiéndose la vida por la fiebre que sufre. La salud que ofrece el Señor siempre es sin condiciones, abriendo un abanico amplio de posibilidades donde gastarla, incluso volviendo a enfermar. Aquella mujer descubre algo nuevo en su horizonte de vida: servir. De ahora en adelante se hará servidora, y comienza por los que tiene en casa.
Ya no será identificada por el parentesco sino por ser discípula del Señor.
Si nos causa malestar tal comportamiento es porque no hemos aprendido a ser servidores, que es el equivalente a ser discípulos del Señor. Podemos ser hombres y mujeres piadosos pero poco servidores; enganchados al poder, a mandar, a ser servidos.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Emmanuel Velázquez M., CM
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