Evangelio y Vida para el 5 de septiembre de 2021
“Elevó sus ojos al cielo”
Is 35, 4-7; Sal 145; Sant 2, 1-5; Mc 7, 31-37.
De la mano del evangelista san Marcos, somos llevados al territorio de la Decápolis. Allí Jesús, manifestando el poder que le viene de lo alto, asistirá a un hombre sordomudo. La iniciativa de san Marcos es que veamos a Jesús en medio de toda miseria humana, en contacto con el sufrimiento de los pobres.
La eficacia de su actuar en favor del necesitado viene de la íntima relación que guarda con su Padre en la oración: “elevó sus ojos al cielo”. Mirar al cielo es hablar con Dios, es pedir algo a Dios. Por tal motivo, la palabra Effetá (ábrete) pronunciada por el mismo Jesús, no es una palabra mágica por la que desaparezca todo malestar en el ser humano, sino la manifestación del poder divino que nos cura y permite que nuestros oídos se abran, nuestra lengua se suelte, nuestro corazón se purifique y nuestra mente se ilumine. Su palabra en nosotros es anuncio del Reino de Dios.
Que nuestra mirada tienda siempre hacia Dios, nuestros oídos, siempre abiertos, escuchen su mensaje y que nuestra lengua no se canse nunca de alabarlo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: César Lara Rincón C.M
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