Ella no se daba cuenta de que me estaba enseñando sobre el cambio sistémico. Pero lo hizo… aunque tardé años en darme cuenta. Me enseñó que la Encarnación es el mayor cambio sistémico de nuestra historia.

“¡No me hagas bajar a enseñarte!”

Hasta el día de hoy recuerdo a mi madre diciendo «No me hagas bajar y enseñarte». Quizás este flashback me vino porque acababa de leer la siguiente historia:

Hace unos años estaba intentando ayudar a mi amiga a montar un nuevo armario en el sótano de su nueva casa. Estaba en el piso de arriba desempaquetando otra cosa, así que cuando la llamé para preguntarle cómo debía conectarse una determinada pieza, empezó a dar instrucciones. Tras varios minutos de frustración con un éxito mínimo, mi amiga dijo: «No importa, bajaré y te lo mostraré».

Encarnación – Dios desciende para enseñarnos

Eso me hizo pensar en el cambio sistémico modelado por la Encarnación. Inmediatamente me vino a la mente el pasaje de Hebreos 1,1-2:

“Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos».

Este pasaje me dice que Dios ha estado dando instrucciones durante milenios.

(Esto me llevó a otra reflexión, en realidad una pregunta. ¿El Verbo se hizo carne, sufrió y murió para cambiar la opinión de Dios o para cambiar la nuestra? Al fin y al cabo, ¡Dios nos ha amado primero! Incluso cuando estábamos más alejados. Cuanto más pensaba en ello, más me daba cuenta de que Jesús vino a cambiar nuestra mente, ¡no la de Dios!)

¡Jesús nos llama a un cambio sistémico en nuestra forma de pensar!

¿Cuál fue su mensaje básico? «¡Arrepiéntanse! El reino de Dios está cerca». El significado de la raíz de la palabra griega metanoia es cambiar, cambiar tu forma de pensar. Filipenses 2,5 lo dice claramente. «Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo». Jesús lo explicó aún más claramente. «¡Yo soy el Camino!» «He venido a traer buenas noticias a los pobres» (Lucas 4). «Todo lo que hagáis a los más pequeños me lo hacéis a mí» (Mt. 25). Vino a enseñarnos que todos somos hijos e hijas llamados a vivir como comunidad trinitaria.

El Verbo se hizo carne para mostrarnos cómo es el mensaje y la forma de pensar de Dios cuando se vive humanamente. Jesús es el modelo vivo del cambio sistémico que cambia el mundo.

El cambio al que nos llama Jesús

Jesús es el modelo de vida en el Reino de Dios. Sólo tenemos que mirar las lecciones de su vida y su muerte. «¡Haced esto en memoria mía!» «Lavaos los pies unos a otros como yo os he lavado los vuestros». Esto es ponerse la mente de Cristo. Qué diferente es esta mente de la mente del mundo que vive implícitamente con «una mentalidad del yo primero», aferrándose al poder, la comodidad y la seguridad.

Vicente de Paúl tenía su propia manera práctica de expresar este cambio sistémico de nuestra manera de pensar. «Amemos a Dios, hermanos, amemos a Dios, pero que sea con la fuerza de nuestros brazos y el sudor de nuestra frente» Tenemos muchas formas contemporáneas de decirlo. Entre ellas: «¡Pon tu dinero donde está tu boca!».

¿Cuándo aceptaremos realmente el cambio sistémico de pensamiento que Jesús vino a mostrarnos?

Para reflexionar

• ¿Entiendo la Encarnación como un Dios que llega entre nosotros para enseñarnos a vivir en el Reino?
• ¿Entiendo la Encarnación como una llamada a revestirse de la mente de Cristo?
• ¿Hasta qué punto estoy dispuesto a cambiar radicalmente mi forma de pensar?