Hablemos de la pandemia nuevamente
No es primera vez que la Familia Vicentina ha tenido que luchar con una pandemia, aunque separados por siglos Vicente de Paúl, Luisa de Marillac, Federico Ozanam, tuvieron que luchar con pandemias y encontraron la similitud con los casos que hoy tenemos que enfrentar, sobretodo que los pobres y los marginados fueron las personas más gravemente afectadas; esto lo podemos comprobar que sucede en todos nuestros países.
Todos los días llegan a nuestros oídos las cifras alarmantes de nuevos contagios y de muertes, no bajan, a veces dan un pequeño aliento porque rebajan; pero para verlas subir nuevamente en pocos días.
Yo no tengo conocimientos suficientes para manifestarles a ustedes una opinión, con bases sustentables que las diferentes vacunas puedan ser eficaces en esta lucha contra un enemigo letalmente peligroso. Pero es lo que tenemos y es nuestra única opción en estos momentos, que recibir la vacuna nos va ayudar en la lucha contra esta pandemia, por lo tanto nuestra única opción es que la recibamos, no es el momento de esperar ni de escribir retoricas de que si sirve o no, nuestra opción debe ser: Recibamos la vacuna y entreguemos el resultado a Dios.
El presidente de los Estados Unidos ha declarado que en su país estará vacunada casi toda la población para Diciembre de este año, algo que celebramos y ojala que toda la población entienda la necesidad de hacerlo. Esto no es así en la mayoría de nuestros países de América Central y del Sur, millones de hermanos están si vacunarse y existe una inercia en los dirigentes nacionales en buscar la manera de que se puedan vacunar todos los residentes de nuestros países.
Es aquí donde debemos actuar los miembros de la Familia Vicentina, no podemos quedarnos callados, ni como iglesia, n i como vicentinos, debemos hacer honor a nuestros predecesores y luchar con todo nuestro esfuerzo, sin descanso buscando que nuestros dirigentes en estos países, cumplan con su misión de velar por la salud de nuestros hermanos, es nuestra obligación que comencemos campañas periodísticas, escritas y visuales para que esos dirigentes desvíen los fondos necesarios para adquirir estas vacunas. Si es necesario comencemos a hacer campañas de recogidas de dinero no a los pobres sino a los más ricos de nuestros países y que los dirigentes donen parte de sus entradas mensuales. Nuestros hermanos deben ser vacunados todos y no permitir que se hagan selecciones de poderosos dirigentes o personas de altos recursos, estos fondos deben ser dirigidos para vacunar a los pobres a los necesitados a los que ustedes tienen marginados y no reciben la dignidad que les corresponde.
No dejen para mañana lo que pueden hacer hoy, que en todos los medios publicitarios salgan notas haciendo responsables a los dirigentes con sus nombres y apellidos de la necesidad que hagan algo por sus hermanos que sufren y que mueren a diario, esa es nuestra obligación sin miedos ni pomposas palabras de elogios para quienes no se lo merecen, acuérdense de la famosa frase “ los que callan, otorgan” los vicentinos debemos ser luchadores hasta el final de nuestras vidas por nuestros amos: Los pobres, los marginados, los que nada tienen y cuando lo hagamos estaremos cumpliendo con nuestra obligación y tendremos como siempre la ayuda del Espíritu Santo. Amén.
Víctor Martell
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