La importancia del Asesor Espiritual en tiempos de pandemia
El acompañamiento espiritual es un ministerio importante dentro de la Familia Vicenciana para apoyar a sus miembros. Mantener la llama encendida es una Misión y ha sido un reto en estos últimos meses, desde que la pandemia del nuevo coronavirus apareció en el mundo. Los encuentros, las reuniones, las romerías y muchos otros eventos han sido cancelados en nombre de la salud de nuestros miembros y personas asistidas.
Ahora, más que nunca, la llama de la fe, de la esperanza y del espíritu vicenciano ha de ser no sólo mantenida y sostenida, sino fomentada. No podemos mentener una postura de aceptación pasiva. Y quedarnos en casa debe ser un reto. ¿Cómo llegar más allá?
Según el Asesor Espiritual, Padre Emanoel Bedê Bertunes, de la Congregación de la Misión, esta cuestión ha sido debatida con frecuencia en los últimos meses. «Con la pandemia, el trabajo de la Sociedad de San Vicente de Paúl se modificó en algo esencial, que es el contacto cara a cara con los asistidos y los pobres. Esta es una condición sine qua non, es el núcleo del ser vicentinos, fieles al fundador Federico Ozanam: el encuentro con los Pobres. Es un dato identificativo y constitutivo de la Sociedad de San Vicente de Paúl. ¿Cómo hacer las visitas a los asistidos durante la pandemia? Es algo que nos desafía, que nos cuestiona en este momento», afirma.
Para el Asesor Espiritual, la pandemia sigue poniendo dificultades en otro rasgo identificativo de la SSVP, que son las reuniones semanales de las Conferencias, y se agrava aún más por el hecho de que gran parte de la Sociedad está formada por personas mayores. «Fue un reto saber cómo mantenernos activos, unidos, incluso en la distancia. La tecnología nos ha ayudado mucho a alimentarnos espiritualmente, a través de los encuentros y los textos enviados digitalmente. Con los pobres, incluso sin las visitas, hemos organizado campañas, iniciativas con grupos, la Red de Afecto para ayudar a aquellos cuya salud mental está comprometida por la situación de distancia, el contacto con las familias, amigos, hermanos y hermanas. Nuestro trabajo consiste principalmente en reforzar este vínculo espiritual, internamente, en el caso de los vicentinos, para que estos vínculos no se debiliten ni se rompan durante el tiempo de la pandemia», nos dice el padre Emanoel.
El Asistente Espiritual también nos dice que debemos recurrir a la lectura de textos, visionado de videos y otras fuentes alternativas para fundamentar nuestra vida de oración, de búsqueda creativa para asistir a los Pobres. «Para mantener vivo nuestro trabajo, tuvimos que formar asociaciones con otras ramas de la Familia Vicenciana, con la iniciativa de otros grupos de la propia Iglesia, para poder llegar y llevar nuestra ayuda a los más pobres. Vamos a lugares donde el gobierno no llega, lugares desafiantes, con gente olvidada y transformada en meras estadísticas. Para hacer llegar la ayuda, que hasta entonces se hacía a través de visitas, tuvimos que utilizar muchas estrategias, siguiendo los protocolos sanitarios», añade.
Las dificultades provocadas por la pandemia no desanimaron a los asistentes espirituales. El Hermano Agenor Lima da Rocha, de la Orden de Religiosos de San Vicente de Paúl y Director Espiritual de los Consejos Metropolitanos de Río Preto y São Carlos, explica que la formación se pudo hacer a través de Internet y el trabajo no se ha detenido. Ha sido Asesor Espiritual durante unos 15 años y destaca la importancia del trabajo. «La Asistencia Espiritual es una motivación para que el vicentino se acerque a los Pobres. Todo el mundo se ha ido adaptando y el Director Espiritual en este momento es importante para reavivar la llama de la caridad, para no dejar que se apague y para que los consocios y consocias no se depriman. Este es nuestro papel: transmitir esperanza y dar apoyo», remarca.
El Hermano también nos dice que en sus Consejos Metropolitanos se han llevado a cabo 28 formaciones a través de Internet. «Además de la formación, tenemos vida, llevamos la palabra de Nuestro Señor Jesucristo y el alimento espiritual a los vicentinos. Tenemos nuestro momento de evangelización y oración. La oración es lo que nos ha mantenido vivos. La fe se manifiesta en tiempos de dificultad, como este. Lo que nos mantendrá firmes en este momento es permanecer con Jesús, ir a los pobres, llevar esperanza, mantener la fraternidad, dar una palabra de amor para unir a la gente. Eso es lo que necesitamos», dijo el Hermano.
¡Cuánta inventiva están teniendo nuestros Asistentes Espirituales! El padre Joelson Cezar Sotem, que ha encantado y enseñado a todos con sus vídeos, da algunas sugerencias y consejos:
«Primero: recordemos lo que decía san Vicente: hay que encender los corazones. No te sientas inútil. Sigues siendo un vicentino. Pero no dejes de avivar la llama… para que la llama siga encendida. ¡Reza! Sentado en el sofá, recuerda tus visitas, recuerda a los pobres. Reza por ellos. Tal vez ni siquiera sepas cómo están. Así que reza, reza por ellos», indica.
El segundo consejo es el siguiente: «Conocemos una tradición citada en la Biblia, por la que después de siete años se dejaba descansar la tierra. Es el llamado AÑO SABÁTICO. Hoy en día, algunas empresas utilizan esta metodología para reciclar a sus empleados. El año sabático no es una vacación. Es un tiempo que se utiliza para preparar, reciclar, organizar, estudiar, evaluar, programar… para poder actuar más adelante. ¡Bueno! Prácticamente todos fuimos puestos a la fuerza en este año sabático. Entonces, ¿aprovechamos este tiempo? ¿Qué formación ha buscado a lo largo de esta pandemia para profundizar en el carisma vicentino? ¿Cuáles han sido sus lecturas vicentinas? ¿En qué «vidas» has participado? ¿Qué cosas nuevas tendrás que presentar y realizar en un futuro próximo?», pregunta el padre Joelson.
Y concluye: «Si no has hecho nada de esto, aún estás a tiempo. No sabemos con certeza cuándo terminará todo esto. Lo más probable es que no sea antes de que llegue la vacuna. Todavía estamos a tiempo de vivir nuestro AÑO SABÁTICO. La asesoría viene precisamente a contribuir a que cada uno de nosotros pueda vivir este AÑO SABÁTICO enfatizando nuestra vocación vicentina. Nos hemos tomado un descanso, pero no hemos dejado de ser vicentinos», enseña.
El padre Emanoel termina recordando que la pandemia sirve para fortalecerse. «Que el abatimiento, el desencanto, el pesimismo, todos estos males, no se apoderen de nuestra mente, de nuestro trabajo, sino que seamos optimistas y siempre creativos para esta labor tan importante que realiza la SSVP y que salva vidas», concluye.
Fuente: https://ssvpbrasil.org.br/a-importancia-da-assistencia-espiritual-em-tempos-de-pandemia/
Nota: Pedimos oración por el P. Joelson Sotem, que actualmente está en tratamiento contra el cáncer. Por favor, recen por un milagro a través de la intercesión del beato Federico Ozanam.
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