“Llamó a los que Él quiso y ellos lo siguieron”

Heb 8, 6-13; Sal 84; Mc 3, 13-19.

Jesús tuvo cientos, miles, de seguidores, pero no todos eran constantes y fieles. Hubo algunos destacados los setenta y dos enviados a predicar, de dos en dos.

Pero a los que llamó “amigos” fueron doce, y Marcos nos los presenta en el Evangelio de este día.

¿Por qué doce? ¿Habría alguna razón especial? Los orígenes del pueblo judío fueron las 12 tribus de Israel, que nacen de los 12 hijos de Jacob. Ahora, al nombrar a 12 como discípulos principales, implica representar al nuevo pueblo que está naciendo.

Las doce tribus de Israel son el origen del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento. Los doce apóstoles son la base de la Comunidad (la Iglesia) de Jesús en el Nuevo Testamento.

El Evangelio nos dice: “llamó a los que Él quiso”, y remarca: “ellos le siguieron”, ellos dieron vida a las enseñanzas del Maestro.

Sabemos que Jesús constantemente llama a todos, quiere que todos creamos en él, que escuchemos y pongamos en práctica su palabra. Que lo sigamos como discípulos, cada uno de acuerdo a nuestra vocación particular. Y que en nuestros ambientes prediquemos su doctrina, que seamos sus apóstoles, sus enviados.

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Hna. María Gloria Laguna de San José