Evangelio y Vida para el 24 de octubre de 2020
“Yo doy la vida por las ovejas”
Is 61, 1-3; Sal 22; Jn 10, 11-16.
Hoy celebramos a san Rafael Guízar y Valencia, un extraordinario obispo-misionero.
Nació en Cotija, Michoacán, en 1878. Como sacerdote, le tocó ejercer el ministerio con gran entrega durante los difíciles tiempos de la Revolución Mexicana. En 1919 es ordenado Obispo de la diócesis de Jalapa, Ver., a donde llega el año siguiente. Durante su episcopado y en un contexto muy difícil para la fe (la persecución religiosa), trabajó incansablemente visitando todas las parroquias de su extensa diócesis, llevando la presencia misericordiosa del Buen Pastor Jesucristo. Las hostilidades contra la fe católica lo obligaron a ocultarse y finalmente a desterrarse de su diócesis.
Afectado por diversas enfermedades murió el 6 de junio de 1938 en la ciudad de México.
“El buen pastor da la vida por sus ovejas”, nos dice Jesús en el evangelio de hoy. Habla de sí mismo (“Yo soy el buen pastor”) y habla de su deseo para todos aquellos que han sido llamados al servicio del ministerio en la Iglesia. Pidamos al Señor buenos pastores, como Él, como Rafael Guízar.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Silviano Calderón Soltero CM
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