Evangelio y Vida para el 27 de agosto de 2020
“Dios los llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro. ¡Y él es fiel!”
1 Cor 1, 1-9; Sal 144; Mt 24, 42-51.
La invitación de Jesús a nosotros, sus discípulos, es a permanecer vigilantes, haciendo lo que nos toca hacer, pues no sabemos ni el día ni la hora en que vendrá el Señor.
¿Y qué es lo que nos toca hacer? Dios nos ha dado cualidades y ha puesto a nuestro cuidado algo o a alguien; nos ha dado una misión, y nos pide cumplirla con una única regla: el amor.
Hoy celebramos a una mujer que se mantuvo alerta y cuidó lo que Dios le dio en custodia, en su vocación de esposa y madre. Santa Mónica es un ejemplo de vida para todos, en especial para los padres que, aún con su testimonio y amor, ven con tristeza cómo sus hijos se van llenando de este mundo y alejándose de Dios. Ella se mantuvo fiel y constante en su oración, y gracias a ella logró el bautismo de su esposo y la conversión de su hijo, san Agustín.
Ella te diría hoy lo que a ella le dijo San Ambrosio: “Un hijo de tantas lágrimas no se puede perder, sigue rezando”.
Mi amado Señor sostenme con tu Espíritu para mantenerme fiel haciendo lo que me toca hacer, con amor y alegría.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Patricia de la Paz Rincón Limón
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