Evangelio y Vida para el 31 de julio de 2020
“¿Dónde aprendió todo? ¿No es el hijo del Carpintero?”
Jer 26, 1-9: Sal 68, Mt 13, 54-58.
Esta pregunta de los paisanos de Jesús la seguimos escuchando hoy en aquellas personas que aún no han conocido a Cristo y que, aferrándose todavía a su ignorancia, cierran la puerta de su corazón para conocerlo, escucharlo, amarlo.
Podemos hacer sordos nuestros oídos cuando alguien argumenta que Cristo es un falso profeta o que no es Dios; y no defender la verdad por comodidad. También cuando no aceptamos que un hermano, hijo, amigo… se consagre al servicio de Cristo en la Iglesia y hacemos lo posible para que renuncie a su vocación. Descuidamos la vocación de los jóvenes porque no hacemos oración por ellos, que son nuestros futuros sacerdotes.
Hoy celebramos a San Ignacio de Loyola. Nació en 1491. Después de su conversión fue un hombre contemplativo, humilde y obediente. Su lema es “Para la mayor gloria de Dios”. Escribió los Ejercicios Espirituales y fundó la Compañía de Jesús, orden religiosa a la que pertenece el Papa Francisco.
Pidamos hoy por el Papa, por su vocación y la de todos los sacerdotes y religiosos.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Carmen Elisa Arteaga Solís
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