Evangelio y Vida para el 26 de julio de 2020
“Lleno de alegría, va y vende todo lo que tiene, y compra ese terreno”
1 Re 3,5-13; Sal 118, Rom8, 28-30; Mt 13, 44-52.
Hoy leemos en el Evangelio tres hermosas parábolas que nos hablan del valor del Reino de los Cielos y nos animan a buscar a Dios, que vale mucho más que todas los “tesoros” de la tierra y encontrarlo nos hace mucho más felices que cualquier otra riqueza.
También celebramos a Santa a Ana y a San Joaquín, papás de la Virgen María y abuelos de Jesús. Son ejemplo de matrimonio porque reflejan el hermoso amor que, como dice Fray Nelson Medina O.P., “dio como fruto a la Virgen María”.
El matrimonio es amor espiritual, de amistad y carnal (sexual). La relación íntima en el matrimonio es una manifestación del amor divino, a través del cuerpo. “El cuerpo humano es la cima de la Creación divina” (S. Juan Pablo II).
Por esto, estamos invitados a ejercer con santidad y con dignidad la sexualidad que el Señor nos ha dado como don precioso.
Señor Jesús, perfecto Dios y perfecto hombre, que nuestro cuerpo no sea motivo de condenación sino que, también a través de él, alcancemos los tesoros del Cielo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Carmen Elisa Arteaga Solís
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