Evangelio y Vida para el 10 de mayo de 2020
“¿De dónde saca éste su saber y sus milagros?”
Hech 6, 1-7; Sal 32; 1 Pedro 2, 4-9; Jn 14, 1-12.
La vida está llena de tensiones y conflictos que a menudo nos asustan; todos lo experimentamos a nivel personal, familiar, laboral, etc. Lo importante es saber encontrar el camino adecuada para que estas tensiones nos ayuden a crecer en la fe.
San Lucas nos presenta en la primera lectura una bella imagen de la vida ideal de los primeros cristianos: vivían unidos y compartían todos los bienes, dando un gran testimonio de amor y de unidad. Esta experiencia de vida era la consecuencia de su decisión de seguir a Jesús como camino que los lleva al Padre.
Este testimonio representa para nosotros un reto y una llamada a vivir el amor fraterno.
Ayer, la Iglesia celebró a Santa Luisa de Marillac, cofundadora, junto con San Vicente de Paúl, de las Hijas de la Caridad. Ella supo encarnar este ideal de amor a los hermanos al exhortar a las hermanas a vivir unidas en gran caridad, amándose unas a otras y entregando su vida al servicio de los pobres.
Jesús nos invita a descubrir la presencia de Dios en su persona y en la persona de los pobres; él es la señal de la vida nueva que el Padre ofrece a toda la humanidad.
¡Felicidades a todas las mamás! Dios las bendiga.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor Elizabeth Sánchez Rangel, H.C.
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