Evangelio y Vida para el 26 de febrero de 2020
“Arrepiéntanse y crean en el evangelio”
Jl 2, 12-18; Sal 50; 2 Cor5, 20-6,2; Mt 6, 1-6.16-18.
Una vez más en el camino de nuestra historia de salvación, Dios nos ofrece una nueva oportunidad para continuar el laborioso pero liberador camino de conversión. Y nos presenta las tres armas que nos purificarán y nos encaminarán a la santidad.
1: La oración. El tiempo de cuaresma es un buen momento para revisar cómo es nuestra relación con Dios, para acercarnos con más frecuencia a la Palabra y a los sacramentos (eucaristía, reconciliación).
2: El ayuno. La Iglesia nos invita a practicar el ayuno durante este tiempo. Pero se puede y debe ir más allá de la privación de una comida. Es ayunar de críticas, esfuerzo, sacrificio, renuncia a todo aquello que impide vivir en comunión con Dios y con el hermano.
3: La limosna. No se limita a mi colaboración para el templo y sus gastos. Es ayuda al necesitado, salir del egoísmo o de la ambición de tener y de poseer más y más cosas materiales.
Y la conversión, nos dice san Pablo, es gracia, es obra de Dios. En nombre de Dios les exhortamos: déjense reconciliar con Dios. Pidamos con mucho fervor: Cambia mi mente, mi corazón, mis acciones.
El profeta Joel nos anima diciéndonos: Aún es tiempo…
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
P. Benjamín Romo cm
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