Acaba de fdinalizar un Sínodo en Roma que se ha ocupado de nuestro clima y de las necesidades de la gente de la región amazónica. Durante las pasadas tres semanas, el papa Francisco ha organizado un Sínodo de obispos dedicado a los problemas que se enfrentan en la región amazónica, a veces llamados los pulmones de nuestra tierra.

Una historia de dos Sínodos

Pero, en realidad, se puede decir que ha habido dos sínodos, dependiendo del sitio web popular que uno consulte.

Crux informa:

«El Obispo McElroy dijo que gran parte de la discusión fuera de la sala no ha captado el meollo de la cuestión, que según él es una consideración pastoral de ‘cómo puede la Iglesia en la Amazonía tener un ministerio de presencia dentro de la comunidad y no un ministerio de visita'»

LifeSite lo ve de manera diferente:

«La verdadera razón por la que se celebra el Sínodo Amazónico es que el clero liberal en varias partes del mundo desarrollado (especialmente en Alemania) puede señalar las excepciones que probablemente se harán para los sacerdotes casados y las mujeres «diáconas» en la región amazónica. Los obispos liberales introducirán entonces estas «reformas pastorales» en sus propios países, citando la necesidad de que la Iglesia siga siendo relevante en el mundo moderno».

La historia de dos Sínodos del papa Pablo VI

El Papa Benedicto XVI en 2013 citó las observaciones del papa Pablo VI sobre el Concilio Vaticano II. El Papa Pablo VI señaló la diferencia entre «el Concilio de los Padres» —«el verdadero Concilio»— y el «Concilio de los medios de comunicación».

«mientras todo el Concilio —como he dicho—se movía dentro de la fe, como fides quaerens intellectum, el Concilio de los periodistas no se desarrollaba naturalmente dentro de la fe, sino dentro de las categorías de los medios de comunicación de hoy, es decir, fuera de la fe, con una hermenéutica distinta. Era una hermenéutica política. Para los medios de comunicación, el Concilio era una lucha política, una lucha de poder entre diversas corrientes en la Iglesia».

Lo mismo puede decirse hoy del Sínodo que comenzó en Roma el 6 de octubre.

¿Qué diría Vicente si fuera el árbitro de los dos Sínodos?

No hay forma de saberlo. No me atrevería a poner palabras en su boca. La respuesta a la pregunta se complica aún más por el hecho de que Vicente vivió en un mundo diferente y en un tiempo diferente.

Pero sí sé algunas cosas sobre san Vicente….

1. Era un hijo leal de la iglesia. A pesar de que un amigo, el abate St. Cyran, era defensor del jansenismo, se mantuvo fiel al papa en la batalla contra el jansenismo.
2. No temía presionar al papa (o a los reyes).
3. Claramente abrió nuevos caminos en su época. Especialmente en lo que se refiere al papel de las mujeres.
   Al principio de su ministerio, quedó claro que su plan pastoral en cualquier lugar en el que trabajaba implicaba la organización de las Damas de la Caridad. Las sucesoras de estas «Cofradías» sirven hoy en día como el grupo de mujeres laicas más antiguo que aún funciona en la iglesia. Con la fundación de las Hijas de la Caridad traspasó los límites para hacer posible, por primera vez, que las mujeres dedicaran su vida al servicio de los pobres fuera de los confines de un monasterio.
4. Aprendió a colaborar con Santa Luisa, que pasó de ser una penitente apesadumbrada a una colaboradora de confianza.
5. Le dijo la verdad al poder al Cardenal Mazarino y al Rey Luis XIII…. y pagó el precio por ello.

Para pensar

• ¿Puedo ver más allá de mis necesidades personales para reconocer que mis hermanos y hermanas están sufriendo mucho en otras partes del mundo?
• ¿Puedo ver más allá de mi preocupación actual sobre si está lloviendo o no para ver lo que está sucediendo con la gente y la región de las selvas tropicales?
• ¿Qué creo más importante para estas personas: el acceso a la Eucaristía o la disciplina de un clero célibe?