«Fui extranjero y me acogisteis» (Mt 25, 35)
Durante estos últimos años, Brasil ha constatado un gran aumento de refugiados que entran al país. Si consideramos la situación de muchos venezolanos que llegan a Brasil (aún cuando muchos no puedan considerarse refugiados), ese número es aún más alarmante. La situación supone un desafío para todos los brasileños y brasileñas, pero más aún para nosotros, cristianos y vicentinos.
Acoger al extranjero es una misión evangélica para todos los que somos cristianos. De forma explícita, Cristo nos enseña esto en su Evangelio, en el evangelio de san Mateo. Como seguidores y seguidoras de Vicente de Paúl y de Federico Ozanam, nuestro compromiso es aún mayor, para acoger y ayudar a esas personas. Expulsados de sus países por guerras o por graves crisis económicas, nuestros hermanos y hermanas, hechos a imagen y semejanza de Dios, están lejos de su familia, de sus amigos, de sus costumbres y tradiciones. Necesitan más aún nuestro apoyo y ayuda efectiva para disminuir el sufrimiento y la situación de desesperación.
Además de otras grandes ciudades brasileñas, la capital del estado de Roraima, en Boa Vista, ha recibido un número muy elevado de extranjeros. Y allí, nuestra querida Sociedad de San Vicente de Paúl tiene una estructura pequeña y nueva. El Consejo Nacional de Brasil, junto con el Consejo General Internacional, están buscando apoyar y colaborar para ofrecerles una mejor acogida.
Contamos con las oraciones y el apoyo de todos en la defensa de su causa y en la ayuda efectiva a nuestros hermanos y hermanas.
Consocio Carlos Henrique David (Kaike), Coordinador para Asuntos Internacionales y Hermanamiento.
Fuente: http://www.ssvpbrasil.org.br/
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