Neh 8, 2-6.8-10; Sal 18; 1 Cor 12, 12-30; Lc 1, 1-4. 4, 14-21.

Jesús lee en la sinagoga de Nazaret el texto de Isaías 61, 1-2. Al terminar se sienta y, ante la expectación de sus paisanos, les dice: “Hoy se ha cumplido este pasaje”.

Jesús es el Hoy del consuelo y de las esperanzas de los marginados, de los pobres, los cautivos, los ciegos, los oprimidos, de los necesitados. Y él no sabe de revanchas o venganzas, por eso suprime, de su lectura, la segunda parte del versículo 2, donde el profeta se refería al “desquite de Dios”.

¿De qué habla el texto de Isaías? Del final del período 587-537 a. de C.: que fueron cincuenta años de vejámenes, horrores y angustias para el pueblo, y del año de gracia que pone fin a todo esto. Y Jesús dice: Yo soy el cumplimiento, el

Hoy en que llega “el año de gracia del Señor”.

Y en este Hoy vivimos tú y yo, en este Hoy que es Jesucristo. Nuestras penas, sufrimientos, soledades u opresiones, todo tiene sentido y salvación en Jesucristo. Nada queda fuera de su vida, su muerte y su resurrección. ¡Tenemos derecho a la esperanza!

Danos, Señor Jesucristo, que te conozcamos, te amemos, te sigamos, te sirvamos, y compartamos nuestra fe en ti con nuestros hermanos.

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, cm