Novena a la Virgen Milagrosa, día 5: Amor que se vuelve fecundo
Meditaremos sobre la participación de María en la obra de Cristo: de María nació Cristo; María le acompañó a lo largo de su vida; junto a la cruz del Hijo colaboró en la redención; Ella es también la primera discípula de Cristo.
La caridad en la familia, además de unir afectiva y espiritualmente a los esposos, “recoge en sí la ternura de la amistad y la pasión erótica, aunque es capaz de subsistir aun cuando los sentimientos y la pasión se debiliten” (AL 120). “Cuidar la alegría del amor”, que no está en la búsqueda obsesiva del placer: “La alegría (…) amplía la capacidad de gozar y nos permite encontrar gusto en realidades variadas, aun en las etapas de la vida donde el placer se apaga” (AL 126).
Los esposos deben “darse tiempo, tiempo de calidad, que consiste en escuchar con paciencia y atención, hasta que el otro haya expresado todo lo que necesitaba”. “Es más sano –advierte el Papa– aceptar con realismo los límites, los desafíos o la imperfección, y escuchar la llamada a crecer juntos, a madurar el amor y a cultivar la solidez de la unión, pase lo que pase” (AL 135).
MONICIÓN DE ENTRADA
Iniciamos la celebración del quinto día de la novena en honor de la Virgen de la Medalla Milagrosa. En nuestra celebración meditaremos sobre el amor que vuelve fecundo. De María nació Cristo; María le acompañó a lo largo de su vida; junto a la cruz del Hijo colaboró en la Redención; Ella es también la primera discípula del Señor. A la luz de esta participación de María en la obra de Cristo, reflexionaremos sobre la misión de la familia al servicio de la vida como cooperadores del amor de Dios.
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, que has constituido a la Virgen María, modelada por el Espíritu Santo, en primicia de la nueva creación, concédenos abandonar nuestra antigua vida de pecado y abrazar la novedad del Evangelio, cumpliendo el mandamiento nuevo del amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA: (Gálatas 4, 4-7))
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas Hermanos:
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: «¡Abba! Padre.» Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
Señor, desde el vientre materno tú eres mi Dios.
Tú, Señor, habitas en el santuario, esperanza de Israel. En ti confiaban nuestros padres; confiaban, y los ponías a salvo; a ti gritaban, y quedaban libres; en ti confiaban, y no los defraudaste. R.
Tú eres quien me sacó del vientre, me tenías confiado en los pechos de mi madre; desde el seno pasé a tus manos, desde el vientre materno tú eres mi Dios. R.
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor, alabadlo; linaje de Jacob, glorificadlo; temedlo, linaje de Israel. R.
ALELUYA
Dichosa tú, Virgen María, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
EVANGELIO (Mateo 2, 13-15. 19-23))
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo
Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
-«Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»
José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta:
«Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.» Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: -«Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño.»
Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel.
Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno.
Palabra del Señor
SUGERENCIAS PARA LA HOMILÍA
- Jesús nació, creció y se educó en una familia judía. Una familia formada, según el registro civil, por José y María (Mt 1,16). Las lecturas proclamadas en este quinto día así nos lo muestran. Cundo se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley. El evangelio nos presenta a José tomando la iniciativa para cuidar y custodiar a la madre y al niño. Dar vida, librarla de peligros, introducirla en la sociedad religiosa y civil, que es lo propio de la familia. María, como toda madre, cuidó a Jesús-niño en todos sus aspectos. A los cuatro años José empezó a instruir al niño en la oración, en los preceptos de la ley. Esa era una de las tareas del padre. Jesús fue a la escuela de la sinagoga de Nazaret desde los 6 o 7 años, donde aprendió a leer (Lc 4,16) y a escribir. Jesús aprendió la profesión de su padre, José. Era conocido como «el hijo del carpintero» (Mt 13,55). Jesús vivió en un ambiente familiar que incluía tíos, primos, hermanos de crianza, parientes (Mc 3,21-31). En una familia así creció y se educó Jesús (Lc 2,39-40. 50-52), bajo la autoridad y ejemplo de sus padres (Lc 2,51).
- El amor que se vuelve fecundo, es un capítulo precioso y tierno; en él, nos dice el Papa cosas como estas: “El amor siempre da vida. Por eso, el amor conyugal no se agota dentro de la pareja (…). Los cónyuges, a la vez que se dan entre sí, dan más allá de si mismos la realidad del hijo, reflejo viviente de su amor, signo permanente de la unidad conyugal y síntesis viva e inseparable del padre y de la madre” (AL 165). Esta vida es acogida , es esperada, se le pone un nombre, aumenta la responsabilidad y la generosidad de los padres. Aumenta la alegría tanto de la madre embarazada como del padre que la contempla y la Que nadie les robe la alegría y felicidad, que el niño las necesita. “No se trata del amor del padre y de la madre por separado, sino del amor entre ellos, percibido como fuente de la propia existencia, como nido que acoge y como fundamento de la familia” (AL 172)
- Frente al encastillamiento del matrimonio y de la familia, el Papa trata la fecundidad ampliada. Trata la adopción, las familias abiertas a la sociedad, el compromiso con los pobres.La vida de la familia ampliada abarca: los padres, los tíos, los primos e incluso los vecinos. La familia ampliada enseña a ser hijos de otra forma. El abandonará el hombre a su padre y a su madre del Génesis y ser una sola carne, no conlleva el abandono de los padres ancianos. Trata el Papa de aceptar a los suegros y a los parientes de los cónyuges con sus tradiciones y costumbres. Este corazón grande “está animado e impulsado por un dinamismo interior e incesante que conduce la familia a una comunión cada vez más profunda e intensa, fundamento y alma de la comunidad conyugal y familiar” (AL 196)
- La conversación de la primera aparición era privada como en familia: Había un cuadro de san José, otro en que Santa Ana está sentada enseñando a leer a su hija, la virgen María, que está de La Virgen aquella noche se sentó en el sillón del P. Director parecido al de Santa Ana del cuadro. “Entonces mirando a la Virgen, di como un salto hacia ella, de rodillas sobre las gradas del altar, con las manos apoyadas en las rodillas de la santísima Virgen. Hija mía Dios quiere confiarte una misión. Estamos ante una conversación familiar e íntima de madre e hija, dura dos horas. Así pasaron unos momentos, los más dulces de mi vida. Me sería imposible decir lo que sentí.
ORACIÓN UNIVERSAL
Sacerdote: Unidos a María, Madre de la Iglesia, presentemos nuestras oraciones a Dios Padre en favor de todos los hombres.
¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos!
- Por la Iglesia, pueblo de creyentes, para que en todos sus miembros sea llamada dichosa por haber creído que la Palabra de Dios se cumplirá. Roguemos al Señor.
- Por los jóvenes, para que sepan escuchar la invitación del Señor y respondan con generosidad de entrega. Roguemos al Señor.
- Por los que lo han dejado todo para seguir a Cristo, para que sepan, como María, escoger la mejor parte y entregarse totalmente a lo único necesario. Roguemos al Señor.
- Para que toda la Familia Vicenciana sea para todos los jóvenes fermento de alegría y dinamismo y ejemplo de fortaleza y compromiso. Roguemos al Señor.
- Por los matrimonios y las familias cristianas, para que sean escuela de amor y de aprecio a la vida. Roguemos al Señor.
¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos!
Sacerdote: Padre de bondad, que estos deseos que te presentamos encuentren eco en tu amor generoso, y que nos ayude la intercesión poderosa de la Madre de tu Hijo Nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Al venerar la memoria de la bienaventurada Virgen María, que se identificó plenamente con el sacrificio de la nueva Alianza, te presentamos, Señor, estos dones, para que nos concedas, por tu gracia, caminar siempre en novedad de vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
- El Señor esté con vosotros
- Y con tu espíritu.
- Levantemos el corazón.
- Lo tenemos levantado hacia el Señor.
- Demos gracias al Señor nuestro Dios.
- Es justo y necesario
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque a Cristo, autor de la nueva Alianza, le diste por Madre y asociada a la Virgen santa María, y la hiciste primicia de tu nuevo pueblo. Pues ella, concebida sin pecado y colmada de tu gracia, es en verdad la mujer nueva y la primera discípula de la nueva Ley. Ella es la mujer alegre en tu servicio, dócil a la voz del Espíritu Santo, solícita en la fidelidad a tu Palabra. Ella es la mujer dichosa por su fe, bendita en su Hijo y ensalzada entre los humildes. Ella es la mujer fuerte en la tribulación, firme junto a la cruz del Hijo y gloriosa en su salida de este mundo. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo …
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, Padre santo, que diste a la Virgen santa un corazón nuevo, concédenos, por la virtud del sacramento que hemos recibido, ser fieles a la inspiración del Espíritu Santo y configurarnos cada día más con Cristo, hombre nuevo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
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