¿Qué es la colaboración vicenciana?
Este informativo y desafiante video fue presentado en la reciente Asamblea General de la Congregación de la Misión, de 2016.
¿Qué es la colaboración vicenciana?
Narrador:
La colaboración Vicenciana no es algo nuevo. Sus raíces se remontan a Vicente, Luisa y a nuestros fundadores.
Rev. Pat Griffin cm
Si definimos nuestro carisma Vicenciano como el seguimiento de Cristo cuidando de las necesidades espirituales y materiales de los más pobres, entonces la colaboración ha sido parte de nuestra historia desde el principio.
Cuando Vicente responde a la necesidad espiritual del campesino de Gannes en 1617, la familia de Gondi se da cuenta de su esfuerzo y reconoce su responsabilidad de atender las necesidades espirituales de aquellos que están en sus haciendas. Esto lleva al sermón en Folléville, el primer sermón de la misión, y rápidamente a la gran reunión de sacerdotes para servir a las necesidades de los pobres.
Cuando Vicente expresa su preocupación por una familia enferma en su parroquia de Chatillon, sus feligreses responden espontánea e inmediatamente. Esto le lleva a reflexionar sobre la posibilidad de satisfacer las necesidades de los más abandonados de una forma organizada. Es entonces cuando surgen las Caridades como resultado de la colaboración entre Vicente y su pueblo.
Cuando Vicente empieza a reconocer los dones de Luisa y su capacidad para dirigir a las primeras Damas de la Caridad en su servicio, empieza la colaboración personal más grande de su vida. Luisa dirige a estas buenas mujeres y hace que sus tareas sean más efectivas, al servicio de los enfermos y los hambrientos.
Cuando las necesidades de los pobres van recibiendo cada vez mayor atención, gracias a los esfuerzos de Vicente y Luisa y la cooperación de las Damas, una joven campesina llamada Margarita Naseau aparece en escena. Ella desea ayudar ofreciendo su servicio como voluntaria, de una forma práctica y material, forma en la que estaba especialmente capacitada. Vicente y Luisa la tomaron bajo su protección, y el cuidado de los pobres adquirió un nuevo rostro, surgiendo las Hijas de la Caridad, acompañando a los sacerdotes de la Misión y las Damas de la Caridad.
Miremos hacia el siglo XIX para ver otro ejemplo de colaboración que creció alrededor y a través de nuestro carisma. Rosalía Rendú responde a las necesidades de los pobres en el área de Mouffetard de París, y llega a conocer muy bien las estructuras gubernamentales que tienen esta responsabilidad. Ellos reconocen sus contactos y su conocimiento, y así comenzaron a colaborar con ella en su compromiso.
Cuando el joven Federico Ozanam quiere hacer algo práctico para manifestar su fe católica, él y los primeros miembros de la Sociedad de San Vicente de Paúl encuentran su camino hacia las Hijas de la Caridad, en busca de sus talentos particulares para este tipo de servicio. Del carisma común surge otra colaboración, que continúa beneficiando a los pobres de todo el mundo.
La colaboración fundamental entre las Caridades, la Compañía de las Hijas de la Caridad y la Congregación de la Misión, ha permitido conexiones más amplias y profundas con otras ramas de la Familia Vicenciana.
Narrador:
Compartimos un objetivo y una misión común: el servicio a los pobres; y traemos una «Inteligencia Colectiva Vicenciana» a esta Misión.
Sr. Yancarlos de Jesus de los Santos:
Formamos parte de la Familia Vicenciana, que este año celebra el «Año de la Colaboración Vicenciana». La colaboración no es una invención exclusiva para este año. La colaboración es algo que ha venido sucediendo en nuestra familia, desde la época de nuestro fundador: San Vicente de Paúl.
Los Vicencianos tenemos un propósito en común. Y este propósito en común es el servicio a las personas que viven en pobreza y necesidad. Así, a través de este servicio, estamos llamados a ofrecer y a contribuir con lo que llamamos una Inteligencia Colectiva Vicenciana. Significa esto que unimos todas nuestras fuerzas y habilidades para poder ofrecer un mejor servicio a quienes nos necesitan.
Algo importante para recordar es que nada de lo que verdaderamente vale la pena hacer… se puede lograr solo. Necesitamos siempre estar acompañados. Y aún más, nosotros que nos llamamos familia, tenemos que estar siempre unidos.
El propio Vicente, en una de sus cartas en 1651, dijo: debemos ayudarnos unos a otros… apoyarnos unos a otros, buscando siempre la paz y la unidad. Dice que la paz y la unidad están en primer lugar, ya que son el vino que da fuerza y alegría a los viajeros que hemos decidido recorrer este camino. Este camino que es Jesucristo. Esto es lo que dijo Vicente y debemos tener siempre en nuestras mentes y corazones.
Como Familia Vicenciana, el estar unidos expresa nuestra alegría y nuestra fuerza; pero siempre con el objetivo común de ayudar a los que viven en la pobreza. ¡La colaboración… es la palabra!
Narrador:
En el corazón de esta colaboración se encuentra una espiritualidad que nos urge a reconocer la Comunidad Trinitaria.
Rev. Vinicius Teixeira, cm:
La Santísima Trinidad es la fuente del dinamismo misionero de la Caridad, que impulsa a la Familia Vicenciana. Vivimos, amamos y servimos bajo la inspiración de la Trinidad, colaborando unos con otros y garantizando la unidad en la diversidad. Estamos llamados a seguir a Jesucristo, evangelizador y servidor de los pobres, en el camino de San Vicente de Paúl. Promueven la dignidad y la esperanza de los pobres una diversidad de ideas, experiencias y esfuerzos en nuestra misión común, logrando que la colaboración entre nuestras ramas produzca frutos en un servicio más generoso, fecundo y efectivo, para gloria de Dios y bien de los pobres.
Narrador:
No trabajamos solos. Somos más eficaces cuando trabajamos unidos con los demás y con aquellos quienes se encuentran en las periferias.
Rev. Vitaliy Novak cm:
Creo que, no solo en nuestro país, sino en la mayoría de los países, las personas indigentes no son aceptadas en los hospitales. Así que la mayor parte de la atención médica que necesitan; tal como lo podemos observar aquí, en esta camioneta, la reciben del Proyecto De Paul. Las Hijas de la Caridad son las mejores enfermeras que yo haya podido ver, trabajando con la gente pobre.
Todas las personas de nuestro equipo suelen decirme: Padre Vitaliy, si las Hijas de la Caridad llegaran a dejar el proyecto, tendríamos que cerrarlo, porque no seríamos capaces de tener el valor con el que ellas sirven a la gente pobre, cómo ellas ven la dignidad humana en cada persona, sin importarles si está embriagado, si no tiene nada, o incluso si carece de salud mental. Sin embargo, ellas sirven aquí, todos los días, y estamos muy agradecidos por eso.
Es otra forma de solidaridad. Cuando ellas escucharon que necesitábamos su presencia y su ayuda, escribimos a París después de comenzar el proyecto en otro sitio. Así que, creo, en los siguientes meses llegó la primera comunidad de Hijas de la Caridad a este lugar; y desde ese tiempo, hace ya cuatro años, ellas han estado aquí sirviendo y trabajando.
¡Saludos desde la ciudad de Odessa, en Ucrania! Por favor, oren por Ucrania, Amén.
Narrador:
La Colaboración exige fe y confianza el uno en el otro, lo que genera apoyo mutuo.
Srita. Kerry Anthony:
En Irlanda, como en otros países, Depaul trabaja para apoyar a los pobres indigentes o en riesgo de quedarse sin dónde vivir. Nuestro trabajo comenzó en Dublín, cuando nuestro presidente ejecutivo, Mark McGreevey, vino a hacer un trabajo para la Sociedad de San Vicente de Paúl, asesorándonos con los sistemas y estructuras relacionados con los servicios de ayuda a personas sin hogar.
Aquí, en la familia Vicenciana de Irlanda, como en cualquier familia, tenemos a veces nuestras diferencias. Todos hacemos las cosas de manera muy diferente, pero creo que, en general, lo que mantiene a la familia y al equipo unido está en los valores que compartimos, lo que se refleja en nuestras relaciones.
Sé que somos una organización diferente a otras, debido a nuestros valores y a nuestra herencia y, como resultado, esto ha enriquecido la organización y nos ha comprometido a continuar en el camino de San Vicente, apoyando a aquellos que más nos necesitan.
Pero sólo podemos hacerlo con la ayuda de otros.
Narrador:
La Colaboración no es fácil… pero definitivamente es posible. Sin lugar a dudas, requerirá la voluntad de tener confianza para compartir, poniendo nuestros dones al servicio de los demás.
Sr. Andrew Wagdy:
Al comienzo, la pregunta –entre los miembros de JMV– giraba en torno a cuál era la razón de ser de todo esto. ¿Qué significaba para nosotros? Hemos estado haciendo las cosas a nuestra manera, durante tanto tiempo… ¿Por qué debemos cambiar ahora?
Paso a paso, las respuestas a estas preguntas las alcanzamos juntos. Estas respuestas fueron el resultado de nuestro real y confiado acercamiento hacia el otro; y a través del cual podemos asumir intenciones positivas; las cuales convertirán el trabajo en equipo en una experiencia mucho más confortable. Llegamos a esta conclusión después de haber comprobado que son más importantes las acciones que las palabras.
Como miembro de JMV, comencé a demostrarle a los otros que podía serles útil de una manera diferente, y que ellos eran importantes para mí; se mostró la conveniencia mutua. Hemos visto lo fructífero que esto fue cuando la gente comenzó a decir: «¡Oh, eso es una buena idea! ¡No sabíamos que ustedes lo hacían así! ¡Tal vez usted tiene lo que nos hace falta!» Fue cuando brotó la confianza mutua y la oportunidad de poder hacer realidad nuestro proyecto. Sin esta actitud fundamental no hubiéramos podido hacer nada.
En mi opinión, si hay algo que puede hacer añicos la colaboración es la falta de confianza. Una vez que la gente comienza a perder la confianza, ninguno puede hacer nada con el otro. Si ellos no hacen nada, cada uno manteniendo su propia parte, desde su propio punto de vista… sin disponibilidad por mostrar a los otros la razón y la forma de lo que se está haciendo.
Por otro lado, cuando la sinceridad y los buenos propósitos estén presentes en nuestro compromiso, existirá la capacidad de creer en el potencial de los otros y podremos trabajar de manera más confortable con los demás. De esta forma, el trabajo en conjunto nos conducirá a un punto al que no hubiéramos podido llegar solos.
Una vez que probemos ésto, en nosotros mismos y en relación con los demás, podremos decir con seguridad que estamos en la primera etapa de la Colaboración. ¡Gracias y me gustaría verlos pronto!
Narrador:
La Colaboración reconoce que hay mucho camino por andar… y muchas realidades que deberán abordarse, tanto a nivel local como también a nivel global. La Colaboración ofrece la esperanza de un impacto real que puede generar una verdadera diferencia, en la vida de aquellos que viven en la pobreza.
Sor Maria Teresa Mueda H.C.:
Una situación mundial de sufrimiento y miseria, de tan grande y abrumador alcance, como nuestra condición actual, nos puede hacer caer en la impotencia o indolencia. Especialmente cuando se enfrentan las necesidades ilimitadas de la gente pobre y nuestros propios límites personales de conocimiento, organización, dinamismo y creatividad. La globalización de la miseria continúa teniendo éxito debido a que las fuerzas de la codicia y de la violencia se unen sistemáticamente para lograr sus objetivos.
Aunque nos encontremos bajo la desilusión, al no poder responder a todas y cada una de las necesidades, pertenecemos también a una familia que es Internacional y somos portadores de un carisma que es universal. Cuando traemos a la mesa de la Colaboración Vicenciana nuestros cinco panes y dos peces, en generosidad incondicional y compromiso apasionado, para colaborar en forma sistemática; cuando construimos juntos la energía y el dinamismo de nuestro único carisma, dentro de la familia… entonces nos convertimos en una fuerza tangible y visible de la ternura de Cristo para aquellos que están sufriendo.
La riqueza de la Familia Vicenciana es grande y profunda. No tenemos fronteras, porque en cualquier lugar donde está presente la Familia Vicenciana, toda la familia se hace presente, con todas las posibilidades que esta presencia tiene. En un mundo fragmentado por la competencia, nuestra colaboración testifica una comunión que brota de la verdad, que nos enriquece, porque nos tenemos el uno al otro. Y a partir de esta abundancia, brota la esperanza para la gente que servimos y para nosotros, quienes servimos.
Narrador:
El amor es inventivo hasta el infinito… proporciona un campo fértil para la creatividad; con la cual se aviva el fuego de nuestro celo apostólico y nos ayuda a realizar nuestros sueños.
Rev. Bertin Sanon, RSV:
Como puedes ver a través de este gesto que refleja la Sabiduría Africana: un solo dedo no puede recoger la harina. Para recoger la harina, en cantidad, se necesitan varios dedos. Para que un trabajo produzca todos sus frutos, necesitamos la colaboración de varias manos, de varias inteligencias y de varias fuerzas. Aprovechemos esta sabiduría, la cual es tan solo una pequeña traducción de lo mismo que Cristo nos dice en las Escrituras, cuando Él envió a sus discípulos de dos en dos.
Narrador:
La Colaboración aborda el trabajo por la Justicia, a la que estamos llamados.
Srita. Regine Theodat:
Creo que, como Vicencianos, tenemos la obligación moral de crear una sociedad más justa. Quiero mostrarles un poco de los proyectos en los que trabajamos en Haití. Así miraremos el significado de la Colaboración desde la Acción.
Diapositiva:
Sabíamos que Haití tenía el potencial para ser grande, justo y económicamente sostenible.
En nuestros encuentros con las diferentes ramas, hemos tomado nota de que Haití tuvo amplias industrias y recursos naturales. La tierra rural es maravillosa y con gran potencial para el desarrollo. Lo más importante es que sabíamos que los niños de Haití merecen crecer en una sociedad más Justa y Equitativa.
Diapositiva:
Con el tiempo, surgió la Iniciativa en Haití: un plan de acción de Colaboración para el Cambio Sistémico, un impulso por la Justicia Económica y la distribución equitativa de la riqueza.
En 18 meses, nos enfocamos en torno al desarrollo económico en esta zona rural llamada ¨Savanne Perdue¨ a través de una Piscifactoría. Y también nos dedicamos al desarrollo económico, a través de un riguroso programa de alivio de la pobreza.
Trabajamos la educación en dos vías. En primer lugar, a través de un programa de comedores que ofrece una comida caliente al día. Lo más importante es que trabajamos para mejorar la educación, en cada escuela, a través de una planificación y ejecución estratégica del proceso, en el cual cada escuela, determina su propio destino.
Diapositiva:
“No hay Caridad sin Justicia.” San Vicente de Paúl.
Narrador:
La Colaboración exige que unidos nos enfrentemos al círculo de la pobreza cada vez mayor, para que la gente pueda vivir con dignidad.
Sr. Jose Coelho:
Puder ver la gran generosidad de la Familia, cuando tuve mi primera experiencia como Familia Vicenciana con los Padres de la Misión y las Hijas de la Caridad.
Durante el año pasado tuve la oportunidad de participar, en París, en un curso o programa de Colaboración de la Familia Vicenciana. Fueron días en que buscamos caminos para vigorizar y fortalecer con entusiasmo nuestras Ramas, de tal forma que pudiéramos conocernos más y mejor los unos a los otros, como Familia Vicenciana. Recuerdo con alegría a toda la gente que conocí ahí.
El P. Gregorio Gay dice siempre que debemos conectarnos con los demás, trabajando unidos; para alcanzar de forma más efectiva los objetivos previstos, en favor de los más necesitados.
Sabemos que tenemos muchos desafíos, pues cada día tenemos varias y nuevas formas de pobreza. Mas no podemos permanecer indiferentes… No podemos responder de otra manera más que uniéndonos para alcanzar los objetivos del trabajo propuesto, interactuando como equipo y con una visión común.
Ya que estamos en este Año de la Colaboración de la Familia Vicenciana, permítanme aprovechar esta oportunidad para invitarles a todos a buscar las formas más efectivas para poder servir mejor a nuestros hermanos los pobres.
Juntos –en Cristo, los Vicencianos– marcamos la diferencia.
Rev. Vitaliy Novak cm:
¡Vamos! ¡Adiós!
¡Nos vemos! ¡Buena suerte en su Asamblea!
Ojalá pueda hacerse la traducción del video al español. Gracias.