Oración vocacional vicenciana. Febrero de 2014
Canto: ¿Le conocéis?
Con vosotros está, y no lo conocéis,
con vosotros está, su nombre es el Señor (bis)
Su nombre es el Señor y pasa hambre, y clama por la boca del hambriento, y muchos que lo ven pasan de largo, acaso por llegar temprano al templo.
Su nombre es el Señor y está desnudo, la ausencia del amor hiela sus huesos, y muchos que lo ven pasan de largo, seguros y al calor de su dinero.
Su nombre es el Señor y enfermo vive, y su agonía es la del enfermo, y muchos que lo saben no hacen caso, tal vez no frecuentan mucho el templo.
Su nombre es el Señor y está en la cárcel, está en la soledad de cada preso, y nadie lo visita y hasta dicen: “tal vez ese no es de los nuestros”.
Tu rostro
Señor tu me llamaste, me sedujiste, y yo me dejé seducir.
Desde el alba de mi juventud, hombro a hombro, he caminado contigo .
Tú bien sabes, Señor, que mis días se consumen en tu servicio. Con frecuencia veo tu rostro, tus rostros: desfigurados, tristes, atormentados.
Víctimas inocentes de nuestros egoísmos, de mi egoísmo, de estructuras injustas, de mesianismos, de engaños.
Víctimas, Señor, de nuestra indiferencia, de mi indiferencia. Rostros prematuramente envejecidos, ajados por el hambre, la suciedad, el trabajo y la explotación.
Señor, estos rostros, tus rostros, han perturbado mi conformismo. Perdóname por no haberte reconocido en estos rostros sin nombre.
Señor, tu grito, tu clamor ha roto el silencio de mi conciencia.
Ya no puedo refugiarme en mi pequeño mundo, en mi mundo de rutina y legalismo.
Mi vida no tiene sentido, si no me detengo en el camino de Jericó… caminos y senderos que serpentean por toda la tierra.
Sígueme mostrando tu rostro. Si Tú no te haces presente, te buscaré deseándote, te desearé buscándote. Amándote te encontraré, encontrándote, te alabaré.
Ver el rostro de Cristo
Ver a Cristo en la oración diaria poniendo esfuerzo para abrir nuestra alma a Dios. Debemos ser contempladores de su rostro, como nos dice el Papa Juan Pablo II: “Sólo la experiencia del silencio y de la oración ofrece el horizonte adecuado en el que puede madurar y desarrollarse el conocimiento más auténtico, fiel y coherente, de aquel misterio” – “El rostro de Cristo es rostro del Hijo, rostro doliente en la cruz y rostro del resucitado. Yo lo descubro en cada persona humana, en cada persona que sufre, en cada persona que goza”.
A Cristo lo contemplamos en la Biblia. Todos los textos de la Sagrada Escritura nos hablan de Cristo.
Descubrimos a Cristo en la fracción del Pan, en el compartir y ayudar, en la entrega a los demás por amor a Cristo.
Ver a Cristo en los demás y apreciarlos como a Cristo, dedicándonos con gozo a ayudarles. Ver en cada persona a Cristo.
Palabra de Dios
“ En esto sabemos que le conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: “yo le conozco” y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero quien guarda su Palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.
Quien dice que permanece en él, debe vivir como vivió él” ( 1 Jn.2, 3-6).
San Vicente mira la vida y en ella percibe una llamada.
“Dios ama a los pobres y, por consiguiente, ama a quienes aman a los pobres. Vayamos y ocupémonos con un amor nuevo en el servicio de los pobres y busquemos incluso a los más pobres y abandonados; reconozcamos que son ellos nuestros amos y señores” ( XI/3, 273).
Preguntas para compartir
1.– ¿Intento descubrir el rostro de Cristo en aquellos que sufren?
2.– ¿Cómo dejo que ellos sean mis amos y señores?
3.- ¿Con qué actitud me acerco al que sufre?
ORACIÓN: Señor, escúchanos, ilumínanos, muéstrate a nosotros. Atiende a nuestros deseos, compadécete de nuestros esfuerzos para llegar a Ti, ya que sin Ti nada podemos.
Enséñanos a buscarte, muéstranos tu rostro, porque si Tú no nos lo muestras no podremos encontrarlo. Te buscaremos deseándote, te desearemos buscándote. Amándote te encontraremos, encontrándote, te amaremos.
“ Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a Ti, Dios mío;
Tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿ Cuándo entraré a ver el rostro de Dios vivo?
Canto final: Ellos son tu rostro (Ixcís)
Si no estoy con los pobres e indefensos, no estoy contigo, Señor.
Si los mantengo en mi vida lejos, no estoy contigo, Señor, aunque haga oración.
Ellos son tu rostro: los hambrientos, los enfermos, los presos , los desnudos de todo.
Ellos son tu rostro, yo diría, más perfecto. Tú, en la noche de la cruz, uno de ellos.
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