Día de San Vicente 2024

La mayoría de los días de otoño se puede encontrar a Derek Ruffo en un campo de fútbol practicando o jugando de defensa para los poderosos Spartans de DePaul Catholic High School en Wayne, NJ (Estados Unidos). Pero el viernes 27 de septiembre fue uno de los muchos estudiantes reunidos en la Casa Madre de las Hermanas de la Caridad de Santa Isabel en Convent Station. Era el día de la fiesta de San Vicente de Paúl y Derek estaba allí con su compañero Anthony Bua para participar en uno de los muchos proyectos del apostolado. Ambos jóvenes escribían tarjetas de felicitación para los inmigrantes alojados en el centro de detención de Newark a la espera de ser deportados o de recibir permiso para permanecer en este país.

De izquierda a derecha: Derek Ruffo, sentado, Anthony Bua, y la hermana Jeanne Agans, S.C.

«¡Superarás esto! Sigue luchando porque nunca estarás solo!!!», escribió Derek. Palabras futbolísticas, sin duda. Derek también dibujó un corazón rojo bajo su mensaje de ánimo. Un corazón vicenciano, el corazón del ministerio a los necesitados.

Los estudiantes de las escuelas de la zona y los ministerios auspiciados por la congregación se reunieron en la Capilla de la Sagrada Familia para un momento de oración que dio comienzo al tercer Programa de Día anual «Caminando Tras las Huellas de San Vicente de Paúl». Noreen Holly, S.C., directora de la Escuela San Vicente Mártir de Madison, dirigió unas palabras de bienvenida a los alumnos.

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«Hoy os sumáis a la Familia Vicenciana de todo el mundo honrando a San Vicente de Paúl y su importante misión», dijo Sor Noreen. «La fundadora de nuestra congregación, la Madre Mary Xavier Mehegan, dijo ‘Sí’ a seguir los pasos de Vicente. Cuando era joven, dije ‘Sí’ a servir a los pobres como Hermana de la Caridad. Y hoy te invitamos a decir ‘Sí’. Di ‘Sí’ a cuanto puedas hacer para ayudar a los demás».

Alumnos llenando bolsas Sam con productos de primera necesidad para personas que viven en albergues.

Alumnos de la Escuela Secundaria Regional Mother Seton de Clark, y de la Escuela de la Asunción de Morristown llenan bolsas Sam con calcetines nuevos y productos de primera necesidad para personas que viven en albergues o en la calle.

Varios alumnos de la Escuela de la Asunción de Morristown y de la Escuela Secundaria Regional Madre Seton de Clark se ofrecieron voluntarios para llenar mochilas destinadas a personas sin hogar. En cada bolsa colocaron productos de aseo diario como jabón, cepillo y pasta de dientes, peine y calcetines nuevos limpios. Una alumna de octavo curso del colegio de la Asunción dijo que le parecía «muy guay» unirse a alumnos de otros colegios. «Es bueno compartir el ministerio para ayudar a los pobres, para ayudar a los que necesitan tanto. Sé que seguiré haciéndolo».

Una estudiante de segundo año de Mother Seton expresó lo que ha aprendido en la escuela. «En mi corazón, ya vivo una vida de caridad. Quiero mostrar cómo vivo ya a los demás. Ayudar a los necesitados está dentro de mí», dijo. Su compañera añadió: «Es lo que hizo Jesús, así que es lo que debo hacer toda mi vida».

Las mujeres de Josephine’s Place, en Elizabeth, escriben tarjetas de ánimo para enviarlas a la gente del centro de detención de la zona.

Mujeres de Josephine’s Place, un lugar para mujeres en Elizabeth, estuvieron escribiendo tarjetas de felicitación para los que están en el centro de detención y haciendo mantas para los que viven en refugios.

Rosa Maldonado dijo que se sentía honrada de escribir notas de aliento a los detenidos. «Sé que esas personas se sienten solas y asustadas», dijo. Sonia Ramirez dijo que participar en el ministerio es  “muy importante porque es el espíritu de mi corazón”.

Otros ministerios de ese día consistieron en: confeccionar bolsas para camisetas; llenar bolsas para el desayuno; reunir kits de material escolar para los estudiantes que lo necesiten; escribir tarjetas a las hermanas que se encuentran en residencias de ancianos; preparar bocadillos para los que acuden a los comedores de beneficencia de la zona; limpiar las lápidas del cementerio de las hermanas; rastrillar y limpiar el sendero de meditación del parque Nazareth; y construir casitas para pájaros.

Los ministerios de las Hermanas de la Caridad prestaron su apoyo durante la jornada: Saint Joseph University Hospital donó suministros; Trinitas Regional Medical Center preparó sándwiches; Bon Secours Charity Health System donó calcetines para las bolsas de Sam; Maris Stella Retreat and Conference Center donó 1.100 dólares; y Josephine’s Place proporcionó líderes de proyecto y participantes.

Las voluntarias Margaret Roman, Evy Jarzabek, Michelle Lukenda, S.C., y Gloria Ronga organizaron el almuerzo y el siempre popular camión de helados. Judy Mertz, S.C., y Mary Ellen Whritenour atendieron el centro de hospitalidad. Margaret Roman, Joan Repka, S.C. y Cheryl Gloss fueron las encargadas de dar la bienvenida a la Capilla.
El comité organizador estuvo formado por John DiMucci, Shannon Hoffman, Donna Sartor, Sor Maryanne Tracey, S.C., Mary Fiori y Jessica Wright.

Sor Peggy O’Neill, a la izquierda, con Evangelina Rivas Valencio, asociada de Seton, vinieron desde Sushitoto, El Salvador, para participar en los ministerios del Día de San Vicente. Sor Peggy ha servido a la gente de Suchitoto durante más de 40 años.