Desde un punto de vista vicenciano: Una gran sinfonía de oración
En preparación del Año Jubilar 2025, el Papa Francisco ha invitado a la comunidad cristiana a centrar 2024 en torno al tema de la oración (Carta del Papa Francisco, 11 de febrero de 2022). Leemos estas maravillosas líneas:
En este tiempo de preparación, me alegra pensar que el año 2024, que precede al acontecimiento del Jubileo, pueda dedicarse a una gran “sinfonía” de oración; ante todo, para recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo. Oración, para agradecer a Dios los múltiples dones de su amor por nosotros y alabar su obra en la creación, que nos compromete a respetarla y a actuar de forma concreta y responsable para salvaguardarla. Oración como voz “de un solo corazón y una sola alma” (cf. Hch 4,32) que se traduce en ser solidarios y en compartir el pan de cada día. Oración que permite a cada hombre y mujer de este mundo dirigirse al único Dios, para expresarle lo que tienen en el secreto del corazón. Oración como vía maestra hacia la santidad, que nos lleva a vivir la contemplación en la acción. En definitiva, un año intenso de oración, en el que los corazones se puedan abrir para recibir la abundancia de la gracia, haciendo del “Padre Nuestro”, la oración que Jesús nos enseñó, el programa de vida de cada uno de sus discípulos.
Para contribuir a esta intención, el Vaticano ha encargado ocho folletos, cada uno de los cuales recoge un tema concreto en torno a la oración (https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/verso-il-giubileo/2024-anno-della-preghiera.html). Muchos de estos folletos ya se han escrito en italiano, pero las versiones en español aún no están totalmente disponibles, aunque se promete que lo estarán pronto. Ya está disponible gratuitamente en línea el recurso pastoral «Enséñanos a orar» (https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/verso-il-giubileo/2024-anno-della-preghiera/insegnaci-a-pregare.html), que sugiere diferentes maneras de orar para distintas comunidades. Así pues, una gran cantidad de material nos invita a reflexionar sobre el contenido y el método de dirigirnos a Dios con palabras de adoración y cercanía.
Una de las frases más conocidas de San Vicente es ésta: «Dadme una persona de oración, y tal persona será capaz de todo». Vicente tenía una gran confianza en la oración y en su capacidad para realizar tanto bien a través del ministerio de un fiel seguidor. Podemos sentirnos cautivados por su instrucción a una Hija que se levanta de la oración para ir al apostolado como «dejar a Dios por Dios». Pero, también podríamos imaginárnoslo haciendo la afirmación en el otro sentido: «dejar el ministerio para unirse a la comunidad en la oración».
El Papa Francisco nos anima a ser un pueblo de oración. Nuestras Escrituras ofrecen abundantes ejemplos de oraciones y de personas orantes. Las palabras de nuestros Fundadores subrayan la importancia de la oración en nuestra Familia. El punto de partida para seguir esta orientación nos viene del Espíritu Santo, que puede inspirarnos para dirigirnos a nuestro Dios con una alabanza hermosa y sincera. Este año nos ofrece la oportunidad de interpelarnos a nosotros mismos sobre cómo hacemos uso de este don. Sí, Señor, enséñanos a orar.
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