Anecdotario vicenciano: ¿Por qué las Conferencias se llaman "conferencias"?
Anecdotario vicenciano: ¿Por qué las Conferencias se llaman «conferencias»?
De las Conferencias de Historia (reunión semanal de jóvenes estudiantes en casa del Sr. Bailly) surge un grupo de seis jóvenes que, bajo la protección de Emmanuel Bailly*, deciden pasar a la acción para ayudar a los pobres.
Al final de una de sus primeras reuniones, se debate el ponerlas un nombre y se propone «Conferencias de Caridad». Se mantiene “conferencia” por haber surgido de las de Historia, pero no a todos les parecía muy adecuado: a algunos les parecía mejor denominarlas “reuniones”.
Es en un Manual de la propia Sociedad de San Vicente de Paúl, en 1845, donde se señalan los inconvenientes. Se comenta que sería «una muy mala interpretación si se dijera que su fin fuera dar discursos sobre caridad y sobre las mejoras a introducir en los destinos de las clases pobres».
Autor: Juan Manuel Gómez,
vicepresidente de la SSVP en España.
Sobre Emmanuel Bailly
Joseph Emmanuel Bailly (1794-1861) nació el 9 de mayo de 1794 en Bryas (Pas-de-Calais). Procedía de una familia artesana.
La familia Bailly tenía una vinculación muy estrecha con los descendientes espirituales de San Vicente de Paúl. El padre de Emmanuel custodió, durante la gran Revolución, los escritos de San Vicente. Sus reliquias fueron guardadas por la señora Bailly de 1831 a 1834. Joseph Bailly, hermano de Emmanuel, fue miembro de la Congregación de la Misión.
Emmanuel fundó, en tiempo de la Restauración, la Société des Bonnes Études (donde se encontraban jóvenes que se preocupaban por asociar su formación religiosa con sus trabajos de estudiantes), de la que se originó, a partir de 1830, la Conferencia de historia (a la que perteneció Ozanam).
Fue, a su vez, el punto de partida y el hombre que más contribuyó a la fundación de las Conferencias de San Vicente de Paúl. Más tarde, cuando se difundió la primera célula, presidió el primer Consejo y fue el primer Presidente general de la Sociedad, hasta 1844.
Dirige la Tribune catholique (1832), que se fusiona en 1834 con l’Univers religieux, del abate Migne. Ese fue el origen de l’Univers, del que Bailly fue uno de los principales redactores, hasta que le sucedió Louis Veuillot en 1842.
Casado en 1830 con Apolline Vrayet de Surcy, el matrimonio tuvo seis hijos, de los cuales varios entraron en religión. Los más conocidos son, sin duda, los padres Emmanuel y Vicente de Paúl Bailly. Estos figuran entre los primeros miembros de la nueva Congregación de los Agustinos de la Asunción del padre d’Alzón, que desempeñó un papel eminente en la defensa de la Iglesia durante el siglo XIX. Los padres Bailly, junto con el padre Picard, se encuentran en el origen de las más importantes obras asuncionistas: Le Pélerin, La Croix, Le Comité Justice-Egalité, l’Œuvre des Pèlerinages.
En 1844, Bailly, envejecido, enfermo, víctima de las peores dificultades financieras y obligado a liquidar todas sus empresas, presentó su dimisión como Presidente general de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Le sustituyó el señor Jules Gossin, quien aceptó el cargo de la presidencia, rogando a Bailly que siguiera formando parte del Consejo general.
Durante sus últimos años Bailly se vio obligado a un retiro completo, hasta su muerte en París el 12 de abril de 1861.
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