Clarificando planteamientos • Una reflexión semanal con Vicente
«No, padre, ni la filosofía, ni la teología, ni los discursos logran nada en las almas; es preciso que Jesucristo trabaje con nosotros, o nosotros con Él; que obremos en Él, y Él en nosotros; que hablemos como Él y con su espíritu, lo mismo que Él estaba en su Padre y predicaba la doctrina que le había enseñado: tal es el lenguaje de la Escritura» (XI, 236).
Vicente de Paúl
Reflexión:
- “Como el Padre está en el Hijo, así nosotros debemos estar en el Hijo”. Idea que repite el sr. Vicente una y otra vez. Principio generador de su espiritualidad. No puede ser de otra manera máxime si “tal es el lenguaje de la Escritura”. Un principio que aplicará en muchos momentos de su vida, especialmente cuando se trate de ofertas de nuevas fundaciones. ¿Que ello le llevaba a una toma “lenta” de decisiones?… ¡Es posible!… Cuestión de paciencia. La voluntad de Dios no llega mediante el WhatsApp.
- Convencimiento previo al “obrar” o, mejor, previo al “despliegue”. Un excelente planteamiento del “hacer” de un creyente: “ser para hacer” o “hacer siendo”… Planteamiento de permanente actualidad en un mundo donde proliferan instituciones o asociaciones con función eminentemente práctica y que, quizá por ello, desaparecen con la misma rapidez con la que nacieron. En lenguaje del sr. Vicente habría que decir que les faltaba “alma”.
- Porque el “alma” en el obrar no la ponen “ni la filosofía, ni la teología, ni los discursos”, es decir, las ciencias humanas, sino nuestra configuración con Cristo. No se trata, nos parece, de una renuncia a lo primero sino de ubicarlo en el lugar que le corresponde. Más aún: ambas cuestiones no son dos caras de la única moneda sino la una eficiencia de la otra. Como escribíamos antes, no se puede dar la segunda sin la primera… ¡Todo lo demás se os dará por añadidura!
- Y ello no sólo como espacio de espiritualidad sino como proyección del trabajo misionero. Porque se trata de “trabajar en Cristo, obrar en Cristo y hablar en Cristo” y esto significa, como bien dice el texto, un hacer bidireccional: trabajar, obrar y hacer “desde Cristo y con Cristo” configurándonos totalmente a Él y a su Espíritu. Un interrogante (desglosado en tres) nos plantea esta reflexión: “qué” pretendió Jesucristo con su trabajo, con su obra, con su hacer?, “cómo” lo llevó a cabo?, “con quién” se asoció para ello?…
Cuestiones para el diálogo:
- ¿Tengo claro en mi obrar el “desde dónde”?
- ¿Son nuestras comunidades referencia para los demás de un “trabajar desde Cristo”?
- ¿Es importante, en la “causa de los pobres”, estar junto con otros “desde dónde”?
- ¿Qué formación filosófica y teológica tenemos para desplegar eficientemente el “hacer y obrar” de Jesucristo?
- ¿Preocupa en nuestras Instituciones el “qué”, el “cómo” y el “con quién?
Mitxel Olabuenaga, C.M.
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