Optimistas, pues se fían de la Palabra
Jesús es a la vez la Buena Noticia del reino y el que la predica. Nos quiere optimistas para predicar con él a manos llenas, no de modo mezquino.
Se puede decir que nos llaman a que seamos optimistas las tres lecturas de hoy. La primera da esperanza y consuela a los del pueblo elegido de Dios que viven en el exilio en Babilonia. Es decir, tienen ellos razón para ser optimistas debido al poder de la palabra de Dios, que ésta crea y fertiliza.
La segunda lectura, a su vez, nos dice que las experiencias que nos hacen gemir y lamentar son como dolores de parto. Ellas nos dan a entender que está por nacer la nueva creación. Que ya llega la hora de ser nosotros hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Por lo tanto, no hay por qué ser pesimista; nos toca más bien a los cristianos ser optimistas.
Y el evangelio alienta a los discípulos, que son de la gente sencilla, a que sean optimistas. Pues a ellos se les concede conocer las cosas del reino de los cielos.
Mas se les ocultan a los sabios y entendidos esas cosas que se les revelan a los pequeños. Los sabios y entendidos oyen, pues, pero no entienden, miran, pero no ven. Ni entienden con el corazón ni se arrepienten para que se curen. Por lo tanto, se hacen presas fáciles del Maligno. O al momento se dan por vencidos frente a conflictos y persecuciones. O dejan que los afanes de la vida y las seducciones del poder y la riqueza ahoguen la palabra del reino.
Sí, a los pequeños cual los discípulos se les concede escuchar la palabra y entenderla también. Y ellos darán fruto y producirán ciento o sesenta o treinta por uno. Esos pequeños aprenderán además de su Maestro a sembrar a manos llenas y no de modo mezquino. Al igual que él, ellos pasarán por todas partes para hacer el bien.
Optimistas y, por lo tanto, maximalistas
Los del pequeño rebaño asistirán a los pobres de todas las formas y harán que otros les asistan también. Anunciarán así la Buena Noticia «de palabra y de obra» (SV.ES XI:393). Serán maximalistas, y no minimalistas. Es decir, harán lo máximo, harán más, o mejor dicho, lo más y lo mejor que puedan para difundir la palabra del reino. Incluso hasta que se les den por comida y bebida a los demás para que tengan vida éstos.
Señor Jesús, haz sembradores optimistas de los que somos mezquinos. Déjanos confiar en ti, la Palabra hecha carne, pues haces tú la voluntad del Padre y cumples su encargo. Infúndenos tu celo que nos lleve a que nos reprochemos que aún dejamos abandonadas a muchas almas (SV.ES XI:317).
16 Julio 2023
15º Domingo de T.O. (A)
Is 55, 10-11; Rom 8, 18-23; Mt 13, 1-23
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