Yugo llevadero, y carga ligera
Jesús remedia el cansancio y el agobio de la gente. Cargar con su yugo y aprender de él es conocer al Padre y hallar descanso y alivio.
Con asombro le da gracias Jesús al Padre. Es que éste, aunque Señor de cielo y tierra, favorece y se da a conocer a los pequeños. No tiene en menos a la gente sencilla, lo que hacen los sabios y entendidos. Ellos ponen también sobre los demás el yugo de la ley. Es decir, echan cargas pesadas y no soportables sobre los hombros de la gente. Mas no están dispuestos a mover ni un dedo para llevarlas.
Los sabios y entendidos son, sí, los escribas y los fariseos. Pero se pueden referir también a los cristianos que hacen suyo el ser y actuar de los que los tienen en menos. Pues los que comenzamos por el Espíritu podemos terminar por la carne. No faltan en la comunidad cristiana, por ejemplo, los que causan divisiones por creerse superiores a los demás, de más valor. Y por avergonzar a los pobres.
De verdad, los cristianos nos podemos pretender superiores. Muy poco nos cuesta ser al igual que el que se encerró «en el orgullo de su rígida observancia». Y encerrados y preocupados por salvarnos, por estar seguros, ciertos, puros, gemimos enfermos bajo el yugo de obsesiones (EG 49).
Por lo tanto, nos es decisivo ser de los pequeños, de la gente sencilla. Y esto quiere decir acudir una y otra vez a Jesús y cargar con su yugo y aprender de él. Acudir a él es conocer al que no llama a los justos, sino a los pecadores, para que se arrepientan. Y captar que él pasa haciendo el bien, para hacer la vida más humana, digna, sana. Cargar además con su yugo y aprender de él es compartir su labor hasta entregar el cuerpo y derramar la sangre de modo voluntario. Y con amor que todo lo soporta.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, no dejes que el orgullo se apodere de nosotros. Deja, más bien, que reine la compasión del Padre, la que tú nos das a conocer, en los corazones de los que procuramos cargar con tu yugo y llevar tu carga. Concédenos tu Espíritu para que sea nuestra la verdadera religión, la fe viva, de los pobres (SV.ES XI:120).
9 Julio 2023
14º Domingo de T.O. (A)
Zac 9, 9-10; Rom 8, 9. 11-13; Mt 11, 25-30
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