Observando nuestro mundo, reconocemos que debemos seguir sirviendo a las personas por las que Jesús se preocupó y a las que sirvió en su día: los marginados, las mujeres, los pecadores y los que viven al margen de la sociedad.

Trasladado a la actualidad, estamos llamados a un compromiso activo en favor de los pobres y los oprimidos, a defender la educación, la igualdad de oportunidades y la igualdad de derechos para las mujeres y las niñas, a esforzarnos por crear una sociedad más justa y amorosa, así como a tener un compromiso más profundo con la justicia social y ecológica.

Daisy Joseph con Suma Muthukattuparampil, SCN, durante la bendición de su nueva casa en Kerala.

Las Hermanas de la Caridad de Nazaret están celebrando 75 años de ministerio en la India. Para señalar la importancia del año de celebración, las provincias de la India decidieron ejercer un impacto significativo en los menos afortunados. Las Hermanas acordaron construir 75 casas para 75 familias. También decidieron ayudar económicamente a 75 chicas para que adquirieran formación profesional o cursaran estudios superiores.

Enmarcar la vivienda como un derecho humano puede ser un primer paso importante para implementar un cambio sistémico en nuestro mundo. Para las Hermanas es motivo de alegría ver la felicidad de los miembros de las familias beneficiarias cuando se enteran de que han conseguido tener una casa propia. Ya no tenían que vivir con miedo de tener un techo sobre sus cabezas y sus familias.

En la provincia de Patna

Lilly Thomas, SCN, conoció a Chandini Devi, que vive en el pueblo de Sinduwari, en Shapur. Su marido murió hace 20 años y ella se quedó sola con tres hijos pequeños, dos niños y una niña. Su familia se puso en contacto con ella durante la crisis. Tras la muerte de su marido, se fue a vivir a casa de su madre.

Fue una bendición que supiera corte y confección. Consiguió dar a sus hijos una educación básica con la ayuda de su familia y de lo poco que ganaba con la sastrería. Con sus pequeños ahorros, compró una pequeña parcela de tierra, sin casa.

Hoy, sus dos hijos trabajan como jornaleros. La casa en la que viven pertenece a su hermano y necesita muchas reparaciones. Su hermano le ha pedido que abandone la casa porque quiere construir una para su familia. Chandini Devi también quiere construir una casa en su tierra, tan pronto como sea posible. Construir una casa es un sueño inalcanzable para Chandini, ya que necesita ahorrar dinero para el matrimonio de su hija.

Después de comprar el terreno, pidieron ayuda a las Hermanas de la Caridad de Nazaret para construir una casa provisional. La familia se sintió muy feliz y agradecida cuando se les informó positivamente de esta propuesta.

Las obras de la casa están casi terminadas. Sólo faltan algunos trabajos en el interior. Todos los miembros de la familia han trabajado duro para terminar la casa.

Están profundamente agradecidos por la ayuda financiera recibida para hacer realidad su sueño de tener una casa.

En la provincia de Bangalore

Algunas historias reales pueden parecer casi increíbles. Una de ellas es la de Daisy Joseph, una viuda de la parroquia de Pakkam, en Wayanad (Kerala). Nacida en la más absoluta pobreza, sus padres la enviaron a varios conventos de Wayanad y alrededores durante su adolescencia para que trabajara y fuera uno de los sostenes de la familia. Cuando alcanzó la mayoría de edad, se casó con Joseph. El matrimonio no cambió la fortuna de Daisy, que no hizo sino empeorar después de que su marido la abandonara unos años más tarde.

Abandonada con su hijo pequeño (que ahora tiene 13 años), Daisy encontró trabajos esporádicos aquí y allá para alimentarse y vivir bajo un techo. Cuando las Hermanas de la Caridad de Nazaret emprendieron el proyecto de construir casas para los sin techo, para conmemorar el Jubileo de su presencia en la India, el equipo de la parroquia de Pakkam, formado por el padre Jaison Kalathiparampil, las Hermanas de Nazaret Vandana Velleringatt, Jean Kulangara, y Joicy Joy, y Carla Perunilathil, FDM (Hijas de Nuestra Señora de la Merced), sintió el impulso de tender la mano a Daisy.

Sor Carla, consciente de la desesperada necesidad de Daisy de encontrar y comprar un terreno para construir su casa, pasó meses poniéndose en contacto con todos los conventos donde Daisy había trabajado con la esperanza de que parte de sus ahorros pudieran haber sido conservados por las Hermanas de esos conventos. Los incansables esfuerzos de la hermana Carla dieron sus frutos, ya que consiguió reunir suficientes ahorros conservados en nombre de Daisy por las monjas de los distintos conventos en los que trabajó.

El siguiente reto fue encontrar un terreno. Esta vez la Hermana Carla contó con el apoyo del párroco, el Padre Jaison, que barajó varias opciones y finalmente identificó una propiedad adyacente al terreno parroquial. También tuvieron que interceder ante el vendedor para que le diera una carretera de acceso. Los esfuerzos unificados de las Hermanas de la Caridad de Nazaret, el párroco y las FDM consiguieron que Daisy Joseph tuviera una pequeña propiedad a su nombre.

Entonces comenzaron los esfuerzos de las Hermanas de la Caridad de Nazaret de Kakkavayal para iniciar la construcción de una casa para Daisy. La hermana Joicy seleccionó al contratista y al supervisor necesarios para la construcción de la casa. Bajo la dirección de Suma Muthukattuparampil, SCN, la construcción de la pequeña casa de dos dormitorios para Daisy ya está terminada.

En presencia de un grupo limitado de bienhechores, la casa de Daisy fue bendecida por el Padre Jaison el 13 de julio de 2022. La hermana Joicy tuvo el honor de instalar la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, una costumbre que siguen todos los hogares católicos tradicionales de la India. La hermana Suma entregó la llave de la casa a Daisy mientras la hermana Jean se unía a Daisy mientras se encendía el horno por primera vez en la nueva casa.

La alegría de Daisy no tuvo límites el día que vio su casa recién construida. Está verdaderamente agradecida a las Hermanas de la Caridad de Nazaret por haberla considerado beneficiaria de este proyecto. Ser propietaria de una casa no era un sueño que ella hubiera tenido en el pasado. Se ha hecho realidad gracias a las Hermanas de la Caridad de Nazaret y al equipo de clérigos y religiosos de la parroquia de Pakkam, en Wayanad.

Hoy, Daisy es propietaria de su propia casa.

Artículo de ‘The Journey Vol. III 2022’
Fuente: https://nazareth.org/