La Casa-Hogar «Juventud y Vida» en Cuautla de Morelos (México)
«Juventud y Vida» es una Asociación Civil fundada por el P. Miguel Blázquez Avis CM en 2002, dedicada a resguardar a niños en situación de riesgo dentro de una Casa Hogar. Opera como una organización no lucrativa con el fin de que ellos puedan desarrollarse en un espacio limpio y seguro.
Página web: https://juventudyvida.org/
Facebook: https://www.facebook.com/juventudyvidaAC/
Existe tal arsenal de documentos y leyes protectores de la infancia, que uno pensaría que nuestros niños y adolescentes son los seres más protegidos y felices del país. Sin embargo, algo muy grave debe estar fallando cuando vemos que el número de niños en la calle va en aumento año tras año.
No falta toda clase de estudios y estadísticas sobre las causas, tamaño de la población de niños en las calles, motivos de su permanencia, lugar de residencia en los espacios públicos, etc. Puedo adelantar que, entre las causas enumeradas en las estadísticas, la principal, con ventaja, es la familia (llámese violencia familiar, desintegración familiar, problemas familiares, etc.).
Un estudio hecho en la ciudad de México hace algunas afirmaciones aplicables a cualquier otro contexto geográfico del país: “Las niñas, niños y adolescentes en situación de calle son clara evidencia del desgarre del tejido social de nuestro país”.
No fue, sin embargo, de este tipo de consideraciones, estudios y estadísticas de donde surgió el proyecto de Juventud y Vida en Cuautla de Morelos. Ni siquiera sabíamos, al comienzo, cuántos niños y adolescentes en situación de calle había en la ciudad. El proyecto surgió de la visión tan inquietante de un alto número de niños y adolescentes en los cruceros de las calles, frente a los semáforos, haciendo de todo: de limpiaparabrisas, malabaristas, tragafuegos o, simplemente, mendigando; y la mayoría con la infaltable “mona” en la mano (pedazo de estopa impregnada de pegamento PVC). Sufriendo indiferencia por parte de la ciudadanía y de las autoridades, abuso policial, mala alimentación, pésimas compañías, etc. Abandonar sus hogares para acabar en la calle era una confirmación del dicho popular: “saltar del sartén para caer en el fuego”.
Sería hasta mucho más tarde que nos enteramos de que la población de estos niños y adolescentes de la calle era extremadamente alta. Si en la ciudad de México es de un niño por cada mil habitantes, en Cuautla era de dos por cada mil.
Ante tal situación, no cabía otro camino que ponerse a trabajar, hacer algo, no importaba qué tan insignificante fuera. Sin plantearnos una meta. Solo se trataba de paliativos: darles de comer, proporcionarles ropa limpia, un lugar para asearse y compartir con ellos unos momentos de cariño, amistad, calor humano de algunos voluntarios de la parroquia de Sta. Ana de Cuautlixco. Para contemplar tristemente cómo, transcurridos esos breves momentos, los niños volvían a su rutina en la calle y a sumergirse de nuevo en el ambiente de los inhalantes, la inseparable “mona”.
Lo que siguió después no fue el resultado de un plan prestablecido: el comedor y, al final, la Casa-Hogar. Vino por sí solo. Aun ahora, con la Casa-Hogar en pleno funcionamiento, todavía nos preguntamos: ¿Cómo pudo suceder? ¿De dónde salió todo esto? ¿Cómo se sostiene? ¿Cómo salimos del día a día: alimentación, escuela, salud, vestido y salarios para el personal? Y así llevamos ya nueve años y apenas se empiezan a ver los frutos; después de ocho o nueve años de permanencia, dos o tres jóvenes que ingresaron siendo muy niños, ya están fuera luchando por la vida.
La población actual de la Casa es de 25 habitantes entre niños, adolescentes y algunos ya jóvenes de 18 años, aunque la capacidad del inmueble es para 48.
Desde sus comienzos, año 2002, Juventud y Vida ha pasado por muchas experiencias y muchos niños han pasado por Juventud y Vida.Algunos no alcanzaron a conocer la última etapa, la construcción de la Casa-Hogar. Casi una docena de ellos encontraron una muerte violenta en las calles; otros, ya hombres jóvenes, entran y salen de la cárcel. La Casa~Hogar llegó algo tarde para ellos.
Desde que se inauguró la Casa-Hogar, en el año 2012, un buen número de niños han pasado por ella y la han abandonado por diferentes razones: añoran la calle y la libertad que ésta les proporciona; los familiares que en su momento dieron su aval, ahora los reclaman; otros han sido canalizados a instituciones más experimentadas, de donde también han terminado saliéndose.
Pero esto no altera el espíritu de Casa-Hogar Juventud y Vida, ni la dedicación ejemplar de su personal. Tenemos la convicción de que una sola vida rescatada es importante y merece la pena. Con cualquier otro producto, la cantidad cuenta; cuando de vidas se trata, una sola es ya una bendición.
No podría terminar esta breve exposición de la labor de la Casa-Hogar Juventud y Vida sin invitarlos a tomar conciencia de este enorme problema que plantean estos miles de niños y jóvenes en grave riesgo y a tomar parte en este hermoso proyecto de proporcionarles alas para que un día puedan volar.
P. Miguel Blázquez A. c.m.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
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