Entrevista al padre Bertin Sanon, Superior General de los Religiosos de San Vicente de Paúl
En enero de 2020, Roma acogerá el encuentro de Superiores Generales y Presidentes de la Familia Vicenciana. Continuamos con nuestra serie de entrevistas a los protagonistas, con la siguiente entrevista conel padre Bertin Sanon, Superior General de los Religiosos de San Vicente de Paúl.
¿Cómo y cuándo tuvo lugar su fundación?
Gracias y bienvenidos a nuestra casa en Via Palestro. Es para mí un verdadero placer el poder compartir con ustedes una reflexión sobre nuestra familia religiosa y sobre la Familia Vicenciana.
La congregación religiosa fundada por Jean-Léon Le Prévost, los Religiosos de San Vicente de Paúl, nació en París, el 3 de marzo de 1845, frente a los restos mortales de San Vicente de Paúl, donde Le Prévost, con Clément Myonnet y Maurice Maignen, ante el obispo Monseñor Guillaume Angebault, hicieron votos al servicio de los pobres.
Nacimos de la Sociedad de San Vicente de Paúl, porque nuestro padre fundador, Jean-Léon Le Prévost, fue miembro de la primera conferencia, con Federico Ozanam y sus demás compañeros. El vínculo con san Vicente y Federico Ozanam es un fuerte vínculo espiritual e histórico. Los Religiosos de San Vicente de Paúl podríamos llamarnos los «consagrados de las conferencias».
¿Cómo refleja su Congregación el carisma vicenciano?
Dada la grandeza espiritual y la fuerza apostólica de san Vicente de Paúl, podríamos decir que somos un pequeño reflejo de lo que fue San Vicente; pero, más allá de nuestros límites, tenemos esa profunda convicción que el santo tenía: que debemos amar a Dios y hacerlo amar y conocer a los pobres. Lo hacemos en el mundo, en Burkina Faso, Canadá, Francia, Brasil, Costa de Marfil, el Congo, de diferentes maneras: entre los jóvenes, los pobres, las familias, y también en aquellas situaciones de precariedad que pueden surgir hoy día, según las necesidades del momento o del lugar donde nos encontramos. En resumen, tratamos de encarnar hoy a san Vicente de Paúl, amando a Dios y haciéndolo amar, como siervos de los pobres.
Esperanzas y expectativas para el carisma vicenciano a medida que nos acercamos a la reunión de los líderes de la Familia Vicenciana, programada para enero de 2020, en Roma.
Creo que su entrevista, así como la próxima reunión de enero de 2020, muestran claramente que hay una realidad subyacente: el hecho de que somos parte de la misma familia. Todos somos hijas e hijos de san Vicente de Paúl, y esta realidad es la que vamos a vivir. Para mí será una gran oportunidad, y aprovecho esta oportunidad para saludar a todos los organizadores y a todos los que están trabajando para el éxito de la reunión. Pienso que todo parte de esta realidad: que podemos consolidar los lazos de fraternidad y que hoy nosotros, en nuestro mundo, con sus riquezas y su magnificencia, pero al mismo tiempo con su pobreza y sus límites, podemos ofrecer los valores que san Vicente ha encarnado: el amor a Dios y a los demás. Este es un carisma eterno, porque el amor lo sobrevivirá a todo. Gracias, por tanto, y creo que tendremos la oportunidad de trabajar hacia una gran cohesión en la Familia Vicenciana y en la búsqueda de objetivos comunes.
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