Hacia las periferias de la vida (12 y 13): Nador – Alhucemas
El tiempo pasa rápido, más rápido de lo que nos gustaría, y en Alhucemas somos conscientes de que nos queda solo un día y medio. Empezamos a repasar todos los días, oramos sobre nuestra experiencia, nos preguntamos si será del agrado de Dios y qué frutos dará. Nos entra la duda de si lo dimos todo en nuestra experiencia, si volcamos todas nuestras energías en ayudar al hermano. Somos conscientes de nuestras limitaciones y de nuestro poco tiempo aquí, pero aspiramos a hacer lo máximo por construir el reino de Dios en territorio de evangelización. Todavía queda un día, lleno de momentos de oración, servicio y mucha comunidad que está con nosotros y ora desde nuestros hogares. Os sentimos, y nos sentimos muy agradecidos por vuestra oración; en breves nos tenéis en el hogar relatando nuestra experiencia.
Etapa 12
En Nador afloran los sentimientos; intentamos aprovechar al máximo el tiempo que nos queda y apretamos los segundos para compartir cuantos más sean posible con la gente que aquí nos rodea. Como cada mañana, seguimos acompañando a la Delegación de Migraciones a la ruta médica y nos encontramos con la dura realidad que vive cada uno de ellos. Es difícil imaginar su día a día, como conviven con sus dolores en condiciones desfavorables y sin posibilidad de asistencia médica inmediata.
Por otro lado, el equipo que nos quedamos en las casitas con los chavales que están más graves y allí se recuperan aprovechamos la ocasión para charlar con ellos y compartir historias de vida. Les enseñamos español y nos reímos mucho juntos, jugamos a las cartas y pintamos mandalas mientras escuchamos la música que les damos a elegir. Es un entorno tan tranquilo y acogedor que a uno le cuesta pensar que de un momento a otro ese estilo de vida se acabará y regresarán a sus tiendas entre los árboles.
En la Dar-Hairía los lazos se han hecho muy estrechos y ha sido muy emotivo celebrar nuestra despedida con ellos. Entre bailes, risas, globos y caramelos vislumbramos unos ojos inundados de alegría e ilusión. Dios nos sigue regalando momentos impagables, se nos llena la mente de imágenes y nombres que se van sumando a nuestra oración diaria, que nos consta compartimos con vosotros. Abandonar Nador será duro, pero lo haremos con la fuerza y la esperanza que hemos visto en todas y cada una de las personas que aquí hemos conocido.
Etapa 13:
Hoy en Nador es el último día que subimos a los campamentos. El día amanece con olor a despedida. Alrededor de Nador hay multitud de campamentos divididos por zonas, normalmente nosotros acudimos al Carrier, donde cada campamento se identifica por el nombre del jefe.
Hoy nos acercamos a Chef Moussa, nos acompaña Lara que trata la parte emocional de la Delegación de Migración. Comenzamos con una dinámica de relajación, que por un momento nos hace olvidar la realidad que nos rodea. Nos llama la atención la implicación de todos los presentes, que enseguida se meten en la dinámica con las explicaciones de Lara. Después de esto, toca escribir una carta sobre como se sienten y como se ven en un futuro.
A través de esas cartas descubrimos chicos de a penas 15 años, informáticos, que sueñan con seguir estudiando en la universidad… nos vamos con la certeza de que la línea que separa su vida de las nuestras es tremendamente difusa y que muchas veces es solo cuestión de suerte.
Y por fin llega el último día en Alhucemas, los chavales no son conscientes pero mañana muy pronto nos iremos. Se nota el cansancio, tenemos ganas de llegar a casa, pero miramos estás caras, y nos entran las ganas de quedarnos unos días más. Se nos mezclan las experiencias, las caras. Ha sido mucha información para el poco tiempo que hemos estado, todas las historias, miradas…
Todo está grabado en nuestro corazón, y cuando va llegando el final escapan como golondrinas liberadas.
Estamos muy agradecidos por la acogida de los Hermanos de la Cruz Blanca, Hijas de la Caridad, Padres Paules, Infantitas y todas aquellas personas que nos han abierto sus casas y su corazón.
Estamos seguros de que volvemos cambiados.
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