Vicencianos por doquier: Kelly Fitzpatrick
El servicio es una parte importante de lo que significa ser Vicenciano, donde quiera que estés. Ponerse del lado de los más pobres de Dios, y reflexionar sobre esa experiencia, es lo que ha ayudado a entender nuestro carisma a través de los siglos. Cualquier persona puede servir, pero la clave está en mirar más profundamente en la experiencia. Así es como un vicenciano se encuentra con Jesús.
![Kelly Fitzpatrick](https://i0.wp.com/famvin.org/en/files/2015/12/Screen-Shot-2015-12-29-at-10.31.22-AM-181x300.png?resize=181%2C300)
Kelly Fitzpatrick
La Universidad de Niagara tiene una larga tradición de invitar a sus alumnos a involucrarse en servicio con el «más pequeños de ellos». Durante los días de vacaciones en navidades, un grupo de Vicencianos de la Universidad de Niagara viajó a Nicaragua para servir. Kelly Fitzpatrick fue una de ellos. Estaban construyendo una casa. Dice Kelly: «Hicimos la pregunta Vicenciana del millón: ¿Qué hay que hacer? La respuesta fue simple y llanamente: trabajar duro«. En un momento de reflexión, Kelly conecta el servicio con la justicia, mientras se esfuerza por vivir el carisma vicenciano con la «fuerza de los brazos y el sudor de la frente.»
El trabajo duro mereció la pena, sobre todo sabiendo que tantas manos y corazones amorosos contribuyeron a su éxito. Ver a Derwin caminar por el interior de su nueva casa, con una sonrisa en su rostro y un peluche en sus manos, fue una imagen de la vida real de exactamente cómo nos sentíamos en nuestros corazones. Fue un recordatorio de la misión vicenciana y de nuestra llamada para responderla. Fue un recordatorio de que, a pesar de que haya tanta injusticia en el mundo, los actos pequeños pueden sumar para cambiarlo, incluso si es sólo una persona o una familia.
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