El pasado día 3 de este mes de julio de 2017, terminaba la XLI Semana de Estudios Vicencianos, celebrada en la Casa de los Misioneros Paúles, en Santa Marta de Tormes (Salamanca). Esta semana ha tenido lugar dentro de la celebración del Año Jubilar por los 400 años del carisma vicenciano. Y, precisamente, el carisma vicenciano ha sido el eje central, el motivo de reflexión de estos tres días de compartir en familia aquello que nos une.
Comenzábamos reflexionando sobre la “actualidad del carisma vicenciano”, donde el P. Tomaz Mavric, C. M., Superior General, nos invitó a contemplar a San Vicente de Paúl como místico de la caridad, a soñar juntos para seguir construyendo, a caminar como familia con una misión común, la misión de salir de nosotros mismos para ir a los demás, especialmente a los más pobres.
“Revestirse del espíritu de Jesucristo” fue la temática del segundo día. Un tema central para San Vicente de Paúl y, por tanto, muy importante para ser reflexionado por nosotros, herederos y continuadores de ese carisma vicenciano. Sor Carmen Rodríguez, Hija de la Caridad, reflexionó sobre el sentido antropológico, bíblico y actual del sentido de vestirse, desvestirse, revestirse…
Israel Peralta, presidente nacional de MISEVI (Misioneros Seglares Vicencianos), reflexionó, el tercer día, sobre la “misión compartida”. ¿Qué es la misión compartida? ¿Por qué hacer misión compartida? ¿Cómo hacer misión compartida? Una reflexión sobre la importancia de la misma, no de forma alejada de la realidad, sino siendo conscientes de las dificultades que se presentan, pero también de las oportunidades que se abren cuando llevamos a cabo una misión compartida, cuando somos corresponsables de aquello que se lleva adelante, cuando, soñando juntos con una misión común, somos capaces de llevarla a cabo. Una misión entre muchos, y unidos.
Esta Semana de Estudios Vicencianos ha tenido un formato distinto. Ha supuesto salir muchas veces del salón de conferencias y moverse por la casa para ir a los distintos lugares de encuentro en grupos más pequeños. Salir y moverse, salir y ponerse en camino…, ya que no somos personas que solamente escuchamos, sino que salimos a poner en práctica aquello que reflexionamos, y que no reflexionamos en lo general y abstracto, sino que aterrizamos, nos detenemos, superamos dificultades.
Momentos así los han constituido los “talleres”. El primer día, nos aproximamos a la realidad y, una vez en ella, realizamos una lectura vicenciana de la misma. El segundo día, reflexionamos sobre la sensibilidad espiritual hoy, y profundizamos en la experiencia espiritual en San Vicente de Paúl. El tercer día, nos detuvimos en los modelos estratégicos de trabajo, para, después, atender a una caridad organizada 3.0, una caridad en el hoy y aquí.
Momentos diferentes también fueron los vividos en espacios dedicados a la fusión de evangelización y arte, bien a través de la pintura, con Siro López y su carisma vicenciano para el siglo XXI, de corazón a corazón o a través del teatro con el grupo de JMV del Colegio La Milagrosa de Cartagena y del Patronato de Espinardo (Murcia), con una obra de teatro de calle titulada: “Solo por su amor”, o también a través de la imagen, con Bea López, apasionada de la fotografía, que nos animaba a reflexionar sobre la misión compartida por medio de algunas fotografías.
Destacamos, además, dos momentos: la reflexión diaria llevada a cabo con medios audiovisuales, que fue guiada y animada por el Hno. Francisco Berbegal, C. M., y la síntesis de cada día guiada por imágenes y por las diversas ramas de la Familia Vicenciana, para centrarnos en la reflexión del tema del día.
Todos los días hemos tenido un momento, por las tardes, dedicado a compartir vida. El primer día fue Alejandro Fernández Barrajón, de la Orden de la Merced, quien compartió su vida con nosotros. El segundo, fue Sor María Donat, Hija de la Caridad, quien compartió una vida llena de experiencias, una vida llena de Dios, una vida llena de los demás. Terminamos estos espacios de “compartir vida”, escuchando la experiencia sobre el proyecto Vincles, en Barcelona.
La Eucaristía ha sido, cada día, el punto final del mismo, pero también el centro, el lugar donde encontrar el sentido a todo aquello que meditamos, reflexionamos, sentimos, compartimos…
Desde aquí, damos las gracias a todos los participantes en esta Semana de Estudios Vicencianos: a los conferenciantes y a los colaboradores, y a todos aquellos que nos han seguido por las Redes Sociales y han interactuado con nosotros. Todos, presentes y virtuales, hemos abierto una nueva etapa y, como decía el P. Jesús María González Antón, Visitador de la Provincia “San Vicente de Paúl-España”, no es tan importante la cantidad de semanas que queden por celebrarse, sino la calidad del encuentro y de la formación.
Ricardo Rozas, C. M.
Estudiante de Teología
Tomado de misionerospaules.org
Tags: España, Estudios Vicencianos, Familia Vicentina, Famvin400