La fe es una búsqueda permanente. Optar por Dios nos obliga a tomar decisiones vitales que, en muchas ocasiones, no son sencillas. Ojalá que el ejemplo de nuestros hermanos mayores nos guíe en esos momentos de oscuridad, y en las zozobras descubramos a Jesús diciéndonos, como a sus discípulos: «Ánimo, soy yo, no tengáis miedo»
