Ya se acerca Navidad; rogaré por usted y usted, buena madre, rogará por mí. Dios nos oirá a los dos, dándonos fuerza y...

Ya se acerca Navidad; rogaré por usted y usted, buena madre, rogará por mí. Dios nos oirá a los dos, dándonos fuerza y...
Me ha manifestado usted, mi buena madre, el deseo de que algunos jóvenes se prestasen a formar una colección de cantos...
El título más hermoso de la Iglesia a los derechos que reclama es el ministerio de caridad que practica. Mientras que...
Querido amigo, no tenemos la fe suficiente, siempre estamos queriendo el restablecimiento de la religión por medios políticos, soñamos con un Constantino que, de golpe y con un solo esfuerzo, lleve a los pueblos al redil. Es que conocemos mal la historia de...
Querido amigo, usted se mete en fatigas prolongadas que no dejan de tener su peligro para una salud puesta a prueba tan cruelmente. Soporte, pues, mi inquietud. Usted está buscando, así lo dice, crearse intereses nuevos, y con ese espíritu especial que Dios le ha dado...
Aprendamos, sobre todo, a defender nuestras convicciones sin odiar a nuestros adversarios, a amar a los que piensan de otra manera que nosotros, a reconocer que hay cristianos en todos los campos, y que Dios puede ser servido hoy igual que siempre. Quejémonos menos de...
No me gustan nada y no comparto en manera alguna las doctrinas rigoristas de algunos cristianos, que sin siquiera darse cuenta tienen en esos temas la arrogancia y el falso pudor protestante, y se alejan del verdadero espíritu de la fe. Jamás fueron proscritas las...
Estamos convencidos de que la ciencia de las reformas benéficas no se aprende en los libros ni en las tribunas de las asambleas públicas, sino al subir a los cuchitriles de los pobres, al sentarse a su cabecera, al sufrir el frío que ellos sufren, al arrancar, con la...
Todos nosotros somos como los tejedores de los gobelinos que, siguiendo el patrón de un artista desconocido, se esfuerzan en emparejar hilos de diversos colores en el lado reverso de la trama, no viendo el resultado de su trabajo. Solo cuando se completa la textura...
¡Qué momento aquel en el que oí el último gemido de mi mujer tan amada y el primer grito de mi hija, momento en el que vi a esa criatura, pequeña pero inmortal, que Dios ponía en mis manos, que me producía tanta dulzura y también tantas obligaciones! ¡Con qué...