“Les pedirán cuenta de la sangre de los profetas”
¡Rom 3, 21.30; Sal 129; Lc 11, 47-54.
Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado! Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros (Lc 11, 47-48).
Jesús está hablando a los grupos de los fariseos y doctores de la ley. Son grupos religiosos que viven de la apariencia, que dicen una cosa y hacen otra cosa; en definitiva, que viven en la mentira y la falsedad. Hacen la comedia de edificarles monumentos en sus sepulcros a los profetas a quienes sus antepasados han dado muerte. Jesús nombra a dos: a Abel sacrificado por su hermano Caín (Gen 4), y a Zacarías, a quien mataron por encargo del rey Joás (2 Cro 24), los nombra como el primero y el último de una seria de profetas que corrieron la misma suerte.
Bien conocido es de nuestro lenguaje aquel dicho: La verdad no peca, pero sí incomoda. Y hoy en nuestro mundo y en nuestros ambientes van apareciendo también profetas de la verdad, de esa Verdad que es Jesucristo.
¿Quiénes son los profetas de hoy? ¿Conoces a alguien que ha sido un profeta para ti?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Benjamín Romo Martín, C.M.













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