“El que no está conmigo, está contra mi”
Bar 4, 5-12. 27-29: Sal 68: 1, 15-22; Sal 78; Lc 10, 17-24.
¡Qué alegría la de los discípulos después de haber realizado una misión tan exitosa! Los demonios les temen, curan leprosos, hacen caminar a los paralíticos, dan la vista a los ciegos. Todo perfecto después de unos días de misiones. Como tantos de nosotros que al final de una Semana Santa en misión regresamos alegres porque tuvimos tanta gente escuchando la Palabra de Dios. Nos sentimos contentos, como los discípulos, porque las cosas salieron como las habíamos planeado. Sin embargo, Jesús nos dice que no debería ser éste el motivo principal de nuestra alegría.
La satisfacción tan agradable y tan necesaria que experimentamos por haber hecho el bien en esta tierra nos debería llevar a pensar en los méritos que ganamos para el cielo. Este es el motivo principal por el cual deberíamos de estar contentos: “Alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo”, Es la fuente de la verdadera alegría, saber que hemos actuado de tal forma que nuestros nombres están escritos en el reino de los cielos.
Te doy gracias, Señor Jesús, por llamarme a colaborar en el trabajo evangelizador y misionero que haga presente el Reino de Dios.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Benjamín Romo Martín, C.M.













0 comentarios