Familia Vicentina en Camerún: promesa y camino compartido

por | Sep 25, 2025 | Noticias | 0 Comentarios

África Vicentina: Una Voz que Despierta.
La Familia Vicentina de África en la construcción progresiva de su identidad dentro del Carisma:
Experiencia reciente en Camerún

Durante los últimos días, he tenido el privilegio de encontrarme con la Familia Vicentina en Camerún. Ha sido una experiencia profundamente enriquecedora, cargada de esperanza, de desafíos y de señales del Espíritu que animan y cuestionan.

En este país vibrante y complejo, donde conviven múltiples lenguas, tradiciones y realidades sociales, florece una Familia Vicentina compuesta por nueve ramas activas, tres de las cuales han nacido aquí mismo, en el corazón del África subsahariana. Esta coexistencia fecunda y colaborativa es, de por sí, una semilla profética: AIC (Asociación Internacional de Caridades), Hijas de la Caridad, Sociedad de San Vicente de Paúl, Juventudes Marianas Vicentinas, Congregación de la Misión, Asociación de la Medalla Milagrosa, Hermanas Misioneras de la Esperanza (fundación camerunesa), Asociación Luisa de Marillac (fundación camerunesa), Círculo de Amigos de San Vicente de Paúl (fundación camerunesa).

En mi encuentro con el Consejo Nacional, compuesto por los líderes de estas ramas, y en las visitas a algunas de sus obras, pude constatar el dinamismo, el compromiso y la riqueza humano-espiritual que la Familia Vicentina aporta en este contexto.

Lideres de todas las ramas presentes en Camerún.

Una misión que se encarna y se transforma

El carisma vicentino es, por naturaleza, misionero, encarnacional e itinerante. Desde sus orígenes, ha sido capaz de inculturarse y transformarse según las necesidades del tiempo y del lugar. Hoy, más que nunca, estamos llamados a releer, reinterpretar y encarnar el carisma de Vicente de Paúl desde las realidades concretas que nos rodean. Y África —con su riqueza cultural, espiritual, social y humana— tiene mucho que decir y aportar en este proceso.

En los diversos diálogos sostenidos con jóvenes, consagrados, laicos y líderes comunitarios, emergió de manera espontánea una preocupación compartida: la urgencia de iniciar un diálogo profundo, formal y estructurado sobre dos dimensiones clave de nuestro presente y futuro como Familia:

  • La interculturalidad, como camino de comunión entre tradiciones, expresiones de fe, lenguajes y modos diversos de vivir el Evangelio y el carisma.
  • La intergeneracionalidad, como espacio de encuentro entre la memoria y la profecía, entre la sabiduría de los mayores y la energía transformadora de los jóvenes dentro de nuestra gran Familia Vicentina en todos sus contextos.

Ambas dimensiones son esenciales para que el carisma vicentino no sea simplemente repetido o adaptado, sino verdaderamente vivido, encarnado y recreado en contextos nuevos, con fidelidad creativa y audacia misionera.

África: una voz que necesita ser escuchada

Uno de los gritos que más claramente resonó en esta experiencia en Camerún fue el llamado a que África encuentre su propia voz dentro de la Familia Vicentina global. No se trata de una voz que compita, sino que enriquezca; no de una identidad que se imponga, sino que dialogue desde su autenticidad y originalidad. África tiene una herencia de fe profundamente marcada por la resistencia, la alegría, la comunidad, la música, la danza, la celebración, la vida compartida… y también por heridas profundas provocadas por las diversas formas del colonialismo devastador, incluso en el ámbito religioso.

Superar estas heridas exige un proceso consciente y progresivo de descolonización también del pensamiento teológico y espiritual, para abrir paso a una interpretación africana del carisma: más inculturada, más comunitaria, más orgánica, más centrada en la vida. Necesitamos construir juntos una visión de “panafricanismo vicentino”, donde los países del continente puedan encontrarse, dialogar, apoyarse y descubrir caminos comunes para vivir el carisma como fuerza transformadora al servicio de los pobres.

Riquezas y desafíos: luces en el camino

Como en muchos otros contextos, la FAMVIN en Camerún comparte algunos desafíos estructurales:

  • La escasez de recursos materiales.
  • La necesidad de una formación integral, profunda y contextualizada.
  • Las dificultades para establecer procesos de colaboración y de compromiso sostenibles entre las ramas.

Sin embargo, lo que este país y su gente aportan no puede ser medido solo en términos de carencias. Hay aquí una abundancia espiritual y humana que interpela y que nutre:

  • La juventud, llena de pasión, sueños y deseo de servir.
  • Un fuerte sentido de comunidad y solidaridad, que brota espontáneamente.
  • La riqueza cultural y natural que se visibiliza en el verde abundante y la multiplicidad de colores que lo engalanan.
  • Una alegría de la fe que se expresa en la liturgia, en el canto, en la vida diaria.
  • Una creciente conciencia de misión compartida, donde laicos, consagrados y clérigos caminan juntos en el modo sinodal.

El futuro: comunión, participación y misión

Estamos llamados a dar un paso más. A pasar de las buenas intenciones a estructuras de comunión real. A crear espacios donde la palabra circule, donde el discernimiento sea comunitario, donde la misión sea verdaderamente compartida. No podemos seguir reproduciendo modelos coloniales ni estructuras jerárquicas que no responden a la realidad local. La Familia Vicentina en África —y especialmente en Camerún— está madura para crear sus propios modelos de liderazgo, de formación, de espiritualidad, inspirados en Vicente de Paúl, pero con rostro africano, con alma africana, con cuerpo africano.

Una promesa en camino

Lo que vi y viví en Camerún no fue solo una experiencia espiritual o institucional. Fue un encuentro con una promesa viva, con una semilla que ya ha germinado y que necesita ser cuidada, fortalecida y celebrada. La voz de África no está dormida: está despertando. Y cuando hable con fuerza y con amor, transformará también la manera en que todos nosotros entendemos y vivimos el carisma vicentino. Que sepamos escucharla.

P. Memo Campuzano, CM

Miembros de la AMM en Camerún.

 

Niños y profesores de la escuela Bilingüe San Vicente de Paul en Yaoundé, Camerún.

 

Seminaristas de la Congregación de la Misión de Camerún.

 

Trabajo con los lideres de FAMVIN Camerún.

 

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